La minería en Bolivia atraviesa por un momento delicado tanto por la falta de inversiones como por la caída de los precios internacionales. La situación se hizo más crítica por la irrupción de pandemia del coronavirus. El reto para el próximo gobierno es buscar soluciones eficaces que incluyen reformas de gran calado, indica el último Informe de Coyuntura de la Fundación Milenio.
Los bajos niveles de inversión constituyen uno de los factores del declive, pues no hay nuevos proyectos de la importancia y envergadura de San Cristóbal y San Bartolomé.
La baja capacidad de Bolivia para atraer IED a la minería se explica por las condiciones poco favorables impuestas por la normativa interna que regula dichas inversiones. Tal normativa genera riesgos y costos que son inaceptables para los inversionistas, por lo que éstos que prefieren invertir en otros países que les brindan condiciones más favorables.
La situación boliviana contrasta con los esfuerzos desplegados por países vecinos como Perú, Chile y Argentina que sí han sabido movilizar flujos importantes de inversión extranjera directa.
Otro factor que incidió en la situación de la minería boliviana es la desaceleración de la economía mundial en 2019, debido principalmente a la guerra comercial desatada entre Estados Unidos y China, que deprimió los precios internacionales de los metales.
El 2019 se produjo una caída generalizada de precios de los principales minerales que exporta Bolivia: wólfram (-22%) plomo (-17%), estaño (-4%). En 2020 esta tendencia a la caída de precios tendió a exacerbarse por los efectos de la pandemia del Covid 19, que puso a la economía mundial al borde de una recesión.
En contraste, los precios de los metales preciosos; el oro y la plata, aumentaron significativamente durante ese año, subiendo en 27.5% en el caso del oro y en 47% en el de la plata. El oro está considerado como un refugio de valor en tiempos de crisis y durante la pandemia llegó a comercializarse en los 2.000 dólares la onza troy.
En 2019, el oro pasó a ser el principal producto de exportación minera del país, llegando el valor exportado a 1.743 millones de dólares, mayor a las exportaciones de zinc que alcanzaron a 1.336 millones ese año.
El valor exportado de oro en 2019 aumentó en 48,9%, mientras que las de zinc se redujeron en 11,8%. El aumento en las exportaciones de oro se debe a un aumento en los precios de este metal en los mercados internacionales, de 16,8% y de las cantidades exportadas que aumentaron en 27,5%.
En Bolivia existe controversia sobre el origen de las exportaciones de oro por parte de Bolivia, existiendo incluso versiones que éste no sería producido en el país, sino que sería importado de contrabando a Bolivia para evitar una mayor carga tributaria existente en los países de origen.
15 de octubre de 2020
Fuente: Nueva Economía
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