Economía, política, desarrollo sostenible

ANF: Milenio advierte peligroso incremento de la influencia de Rusia en Bolivia

La Fundación Milenio alertó consecuencias negativas por la creciente influencia política y económica que despliega Rusia en Bolivia, sobre todo en el marco de un aparente plan para una dependencia energética.

El informe El Alcance Global de Rusia: Manual del Kremlin en América Latina y el Caribe, producido por el Centro para el Estudio de la Democracia (CSD) y divulgado esta semana, destaca que, desde la invasión a Ucrania, Rusia ha puesto mucho interés en proyectar su incidencia económica, política y diplomática en América Latina, sobre todo en países como Venezuela, Bolivia, Brasil y Panamá.

“En el caso de Bolivia, la influencia se refleja de manera clara en el alineamiento de la política exterior del gobierno del presidente Luis Arce con los objetivos estratégicos de la diplomacia rusa en diferentes foros internacionales. Desde el inicio de la guerra en el este, el voto boliviano en la ONU, por ejemplo, ha respondido al interés del Kremlin”, dijo Henry Oporto, director de la Fundación Milenio.

El informe del CSD afirma que el uso del sector energético como herramienta geopolítica es fundamental en la estrategia rusa. Actualmente, las exportaciones de petróleo ruso a América Latina alcanzan más de 300 mil barriles diarios, casi el 5% de las ventas total de petróleo de Rusia.

Bolivia comenzó a importar diésel ruso y su dependencia se evidenció durante los meses de junio y julio, cuando el país sufrió un desabastecimiento de combustible.

“Luego del más reciente viaje del presidente Arce a Moscú, Rusia ha comenzado a enviar diésel a Bolivia a través de puertos chilenos y es muy probable que el suministro continúe tomando en cuenta las dificultades que enfrenta el país para importar combustibles por las vías tradicionales. A pesar de una relación bilateral comercial poco desarrollada, las compras de combustibles constituyen el rubro más importante: 67% del total importado”, resaltó Oporto.

Rusia se estaría así convirtiendo en un proveedor relevante de Bolivia, sorteando incluso las prohibiciones internacionales y desafiando la amenaza de sanciones.

Oporto añadió que la empresa rusa Rosatom implementó una planta de investigación y desarrollo de energía nuclear en Bolivia que no tiene lógica económica, pero que, sin embargo, contribuye a asentar la presencia rusa en el país, y avanzar hacia otros sectores económicos de mayor interés para el Kremlin, como son los yacimientos de litio del país, un recurso clave para la fabricación de baterías y otras industrias tecnológicas.

El director de Milenio sostuvo que llama la atención que el anuncio de más importaciones de combustibles rusos a Bolivia coincida con la firma de un contrato con la compañía rusa Uranium One (vinculada a la estatal Rosatom), para la construcción de una planta de carbonato de litio en el salar de Uyuni; todo ello en un ambiente de hermetismo y falta de transparencia.

“La influencia política del Kremlin puede crecer más a medida que Rusia acrecienta su papel como proveedor de combustibles, generándose una relación de potencial dependencia que puede aprovechar en beneficio de sus empresas”, advirtió el investigador.

Milenio publicó en 2021 un estudio sobre las empresas chinas en la que se observa que la percepción positiva en Bolivia sobre Rusia se mantiene en un 44%, mientras que en países como Argentina y Venezuela registra caídas negativas de -10% y -15%.

Pese a que Rusia invierte menos que China en América Latina, consigue más desde el punto de vista político y diplomático.

“En la situación boliviana es evidente que Rusia aprovecha la debilidad del Estado y de las instituciones nacionales, así como la predisposición favorable del partido gobernante (el MAS), para promover sus intereses y para volcar a su favor las decisiones de gobierno”, aseguró Oporto.

21 de septiembre de 2024
Fuente: ANF

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