Apenas unos días atrás, familiares y amigos despedimos a Jorge Lazarte con sentido pesar. Pero fueron muchos más los bolivianos que lamentaron su partida, por el vacío que deja en un momento crucial de la vida nacional.
Jorge Lazarte fue un boliviano notable por sus altas contribuciones a la democracia boliviana y los estudios políticos. Su producción intelectual y su constante intervención en el debate público del cual fue un animador de primer nivel, son legado fecundo, especialmente para las nuevas generaciones, que tienen mucho que aprender de él.
Doctor en Ciencia Política de la Sorbonne Nouvelle, fue Asesor de la Comisión de Reforma Política y del Estado del Congreso Nacional, Asesor de la Vicepresidencia de la República, Vocal de la Corte Nacional Electoral, Delegado Presidencial para Asuntos Políticos, Vicepresidente (cuarto) de la Asamblea Constituyente de 2006; docente de la UMSA, profesor asociado a las Maestrías del Desarrollo de la Universidad Católica, profesor de FLACSO y profesor invitado por la Sorbonne Nouvelle de Paris y el Instituto de Iberoamérica (Universidad de Salamanca, España); miembro del Comité Ejecutivo de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política. Autor de libros y artículos diversos sobre movimientos sindicales, sistemas políticos, procesos electorales, reforma institucional, partidos, cultura política, democracia, constitución y Estado de derecho.
Dentro de esta amplia gama de temas, con Jorge compartimos un interés particular por la situación del sistema de justicia en Bolivia, y la necesidad y urgencia de su regeneración y reforma. De hecho, organizamos juntos el Seminario Internacional Reforma e Institucionalización de la Justicia, el 29 de marzo de 2017, en la UMSA. Este evento fue la ocasión para que él mismo ordenara sus ideas en torno a la cuestión de la justicia, las expusiera y discutiera con otros panelistas calificados.
Sobre esa base, en la primavera de 2018, Jorge recibió el encargo de la Fundación Milenio de escribir un ensayo, que profundizara sus reflexiones e ideas sobre el sistema judicial y los cambios necesarios para su transformación. Por razones diversas, el texto elaborado no llegó a ser publicado y quedó como asignatura pendiente.
El documento que ahora presentamos en la Serie Análisis, de la Fundación Milenio, es el mismo que Lazarte dejó para su eventual publicación. Partiendo de una discusión sobre los principios y la universalidad de la justicia y el derecho, el texto explora los problemas históricos de la justicia y el derecho en Bolivia; analiza los sucesivos intentos de reformar este sistema, y las razones de sus percances y fracasos, para, finalmente, exponer las premisas sobre las cuales sea posible fundar una justicia distinta de la tradicional (incluyendo el modelo “plurinacional” del MAS, que agravó la situación), y un derecho, que no sólo sea ley sino “derechos”. Cuestiones todas en las que el autor exhibe un vasto conocimiento, tanto como de los muchos estudios, antecedentes legales y convenciones internacionales citados profusamente a lo largo del documento.
Vale la pena subrayar el enfoque novedoso de Lazarte acerca del cambio del sistema de justicia, que tiene como núcleo conceptual la idea de que no se trata únicamente de “reparar algunos huecos en la justicia, tan comunes en el continente”, sino, ante todo, de construir un nuevo modelo de justicia, y en sintonía con los postulados de las cartas, convenciones, instituciones y estudios internacionales reconocidos, “que condensan una larga historia por la justicia y el derecho, y apuntan a ciertos principios esenciales para modelar una justicia acorde con los tiempos de los derechos fundamentales y la democracia”. Precisamente, sustentado en los principios del derecho internacional, el nuevo modelo de justicia que Lazarte reclama para Bolivia es un sistema judicial que tiene como piedra angular “tribunales independientes, imparciales y competentes”, atributos que son las grandes ausencias de la justicia en Bolivia y que cualquier reforma seria de la justicia debería plantearse como sus objetivos primordiales.
De ahí también su insistencia en resolver los problemas creados por la Constitución de 2009. En sus palabras: “Si concebimos de este modo la calidad de la justicia (independiente, imparcial y competente) y con su correlato estatal, está claro que el primer problema y de fondo de la justicia en la Bolivia actual es la propia Constitución, y su modelo de justicia ´plurinacional´, que debe ser sustituido por un modelo de justicia nacional”.
Lazarte propone una hoja de ruta para encaminar el proceso de reforma judicial con acciones de corto, mediano y largo plazo, y que tocan distintos ámbitos de la problemática de la justicia, incluida una reforma del sistema de enseñanza del derecho en las universidades.
Precisando el propósito de su trabajo, escribió: “Con el fin de prevenirse de críticas ´corporativas´, este texto es una mirada externa de quien no sólo se interesa por la justicia, como podría hacerlo un ciudadano cualquiera, sino que la entiende como uno de los fundamentos de la sociedad. En esta medida su propósito es contribuir al debate que debe abrirse para hacer más inteligible lo que debe hacerse al respecto”.
Valga pues esta publicación, como homenaje a su autor y su legado.
La Paz, diciembre de 2019.
Henry Oporto
Director
Fundación Milenio.