Las estimaciones del FMI y el Banco Mundial sobre el crecimiento del PIB de Bolivia en 2023, que se sitúan en 1,8% y 1,9%, respectivamente, confirman la desaceleración de la economía.
La actual tendencia de estancamiento económico que vive el país es atribuible a la disminución de la inversión pública, la falta de dólares para importaciones, perturbaciones en el sistema financiero y una creciente desconfianza en la dirección de la economía, asegura un informe especializado.
Además, la escasez de inversiones privadas, tanto nacionales como extranjeras, está afectando negativamente la capacidad productiva y la eficiencia de las empresas en varios sectores económicos, dijo la Fundación Milenio, según información difundida por la agencia Brújula Digital.
Henry Oporto, director de la Fundación Milenio, subrayó que en un reciente informe estableció que la economía boliviana está involucrada en un ciclo de bajo crecimiento económico, que podría prolongarse durante varios años si no se toman medidas correctivas oportunas, dice una nota de prensa de esa entidad.
Este crecimiento anémico ha llevado a un estancamiento, ya que la actividad económica debilitada no genera empleo, no mejora los ingresos y tampoco reduce la pobreza.
Las estimaciones del FMI y el Banco Mundial sobre el crecimiento del PIB de Bolivia en 2023, que se sitúan en 1,8% y 1,9%, respectivamente, confirman la desaceleración de la economía boliviana.
Estas tasas son inferiores al promedio de América Latina, estimado en 2,3% para este año. Además, tanto el FMI como el Banco Mundial proyectan un crecimiento económico en Bolivia de 1,9% para el año 2024, lo que indica que el bajo crecimiento persistirá.
Oporto explicó que en la década pasada, la economía boliviana experimentó un crecimiento relativamente alto impulsado por el aumento del consumo interno y la inversión pública. Sin embargo, estos motores ahora están perdiendo fuerza. En consecuencia, Bolivia necesita más que nunca inversiones privadas nacionales y extranjeras como un nuevo motor de crecimiento.
“Desafortunadamente, el país está desperdiciando oportunidades en el mercado global para expandir sus exportaciones y diversificar su base productiva. Bolivia tiene la capacidad de producir alimentos, minerales, energías renovables y servicios digitales de manera competitiva, pero estos proyectos, incluido el litio, están estancados debido a la falta de capital, tecnología adecuada y empresas eficientes”, señaló Oporto.
El investigador sugiere que Bolivia debe aprender de países como Paraguay, que mantienen un crecimiento sostenido y atractivo para la inversión extranjera.
El FMI, de hecho, prevé que Paraguay sea el país con mayor crecimiento en Sudamérica en el período 2020-2024. El éxito paraguayo radica en su entorno empresarial favorable, incentivos para la inversión y acuerdos comerciales con diversas naciones. En 2021, Paraguay atrajo inversiones extranjeras directas por un total de 7.045 millones de dólares, principalmente de Brasil, Estados Unidos y Europa, mientras que Bolivia tuvo inversiones cercanas a cero.
Paraguay también ha experimentado un flujo constante de inversiones bolivianas en los últimos años, aunque en comparación con otras naciones es modesto, sigue siendo creciente.
16 de octubre de 2023
Fuente: El Diario