Economía, política, desarrollo sostenible

LIBRE EMPRESA: Liderazgo nacional cruceño en el siglo XXI

Los analistas destacan que Santa Cruz ha creado un modelo productivo agroindustrial alrededor del cual se ha desarrollado una economía dinámica, de base ancha y socialmente inclusiva, que asigna un rol protagónico a la empresa privada y promueve la inversión extranjera.

Es innegable la posición que ocupa Santa Cruz en la economía boliviana y varios factores suman para este éxito, que también tiene sus luces y sombras. Sin embargo, en las cuatro décadas pasadas y de frente a las que se avecinan, aparecen más haces de luz que oscuridades.

Dos visiones, una desde la sociología y otra desde el campo productivo bancario, analizan los factores que atingen al desarrollo del departamento oriental.

Para el sociólogo Henry Oporto Castro, los progresos económicos, políticos y de desarrollo humano alcanzados por la experiencia cruceña generan una historia de éxito en Bolivia, y en alguna medida en el contexto sudamericano.

“Santa Cruz ha creado un modelo productivo agroindustrial alrededor del cual se ha desarrollado una economía dinámica, de base ancha y socialmente inclusiva, un modelo que asigna un rol protagónico a la empresa privada y promueve la inversión extranjera. Se trata, también, de una experiencia promisoria de apertura económica e integración al mercado internacional. Una experiencia así no existe en ningún otro lugar de Bolivia”, señala Oporto.

Por su parte, Lucio Bakovic Guardiola, gerente nacional del sector productivo de Banco Fortaleza, apunta que Santa Cruz está ligada a los sectores agrícola y petrolero, al tiempo que la migración ha hecho que sea próspero porque quienes llegan a estas tierras quieren trabajar y el empresariado cruceño respeta este ímpetu, dado su inherente espíritu de emprendimiento, al mirar las dificultades con optimismo.

Criterio similar es el de Oporto, quien añade que el atractivo del progreso cruceño irradia al resto de las poblaciones del país, por lo que habitantes de otros departamentos se vuelcan a la capital y las provincias orientales en busca de oportunidades y una mejor condición de vida, integrándose a la sociedad cruceña. Subraya que el éxito de Santa Cruz no es solo económico, sino también político.

Visión económica

Santa Cruz está viviendo un momento especial en el sector agrícola porque las inundaciones, heladas y otros efectos del cambio climático han afectado al primer semestre de este año y la aceleración no ha sido tan rápida, pero, como todo es cíclico, manifiesta Bakovic Guardiola, es seguro que la economía agrícola volverá a repuntar.

Añade que los indicadores de la construcción no son similares a los del bienio 2014-2015 y que ha entrado a una etapa de equilibrio porque se observan valores que son muy altos, por lo que ve oportuno que los precios bajen, adecuándose a la oferta y demanda.

“Agricultura y construcción han estado constreñidos y de ambos depende transporte, algo del comercio y otros sectores, volviéndose una cadena; veo que este año y el siguiente serán años de equilibrio y la gente esperará a ver qué pasa”, advierte.

En cuanto a la banca, indica que están cumpliendo con la normativa, logrando colocar mucho en el sector productivo y social, yendo hacia delante de manera profesional, atendiendo a todos los sectores.

Observa con optimismo la aparición de nuevos productos, como el etanol, que abrirá nuevos mercados y, por otra parte, el precio de los commodities, soya y gas específicamente, están repuntando, lo que también mejorará el clima económico de la región cruceña y por ende del país.

Visión política

Oporto explica que la política departamental no ha sido ajena al clima de polarización que ha impregnado toda la política boliviana y en medio del cual se ha impuesto un régimen autocrático y corporativo, en pulso constante con las fuerzas democráticas y descentralizadoras en las regiones.

“En este escenario complejo, Santa Cruz simboliza la cara opuesta del proyecto del Estado plurinacional, cuyo arcaísmo rivaliza con su manifiesto fracaso. Es acá donde parece haber arraigado más la idea de una nación moderna y abierta, entendida como una comunidad democrática y plural de ciudadanos libres e iguales en derechos y oportunidades”, manifiesta.

Finaliza señalando que la sociedad cruceña vive las tensiones inherentes a su condición de región emergente en el cambiante escenario boliviano. Reconfigurados los equilibrios de poder, por la irrupción de Santa Cruz al centro de gravedad de la vida nacional, las élites cruceñas, políticas, económicas e intelectuales, ven acrecentarse sus responsabilidades, ya no solo con su propia colectividad, sino con el conjunto de Bolivia, que quizá no oculta su ilusión de un nuevo liderazgo en el siglo XXI, para superar la pobreza y las brechas internas que lastran el porvenir de la patria.

Lucio Bakovic Guardiola, analista:

“El empresario cruceño mira las dificultades con optimismo, no como un problema. Y ese conjunto de hombres mira con optimismo al desarrollo, lo que ha provocado un crecimiento de la cultura, economía, producción y otros campos como el deporte y la medicina. Santa Cruz es el primer departamento de Bolivia y lo seguirá siendo por los siguientes 20 años, ya se habla de nuevas ciudades entre Warnes y Cotoca o el Urubó, además que la capital Santa Cruz tiene mucho por delante y se mantendrá en primer lugar”.

Henry Oporto Castro, Fundación Milenio:

“La región ha forjado sus instituciones de representación y gobierno, que se desenvuelven con autorreferencia y autonomía, y una sociedad civil vigorosa y activa en la solución de sus propias necesidades, al menos según los parámetros nacionales. La libertad individual y las relaciones de confianza y cooperación son rasgos de la cultura cruceña que estimulan y desafían la capacidad de las personas, su esfuerzo y talento como medios insustituibles para la superación y el éxito; muy lejos del paternalismo sofocante del Estado.

No sorprende, entonces, que Santa Cruz haya conseguido los mayores avances en la construcción de un gobierno departamental con autonomía y amplia legitimidad”.

Monica Briançon Messinger

17 de septiembre de 2018
Fuente: LIBREEMPRESA

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