El 71 por ciento de los créditos brutos del Banco Central de Bolivia (BCB) fue destinado a las empresas estatales, pero de todas las firmas que recibieron dinero, sólo YPFB pudo generar excedentes. Así lo refleja un análisis de la Fundación Milenio en base al informe de la Oficina de Fortalecimiento de la Empresa Pública (OFEP) del Ministerio de la Presidencia.
El documento alerta sobre la crítica situación financiera y administrativa de las empresas estatales.
El informe fue elaborado en 2019, aunque parte de éste se conoció recién por notas de prensa en agosto de 2021. El documento señala al menos 15 problemas comunes en 63 empresas examinadas.
A partir de 2011, el crédito bruto a las empresas estatales fue el principal factor de expansión del crédito del BCB al Sector Público No Financiero (SPNF) y, por tanto, del crecimiento de la base monetaria con sus consecuencias negativas para la pérdida de reservas internacionales.
En 2016 y 2017, el crédito bruto llegó a representar el 71 por ciento del crédito total otorgado al SPNF. En 2020 cayó a 43 por ciento debido a la necesidad de atender los problemas de liquidez del Tesoro General de la Nación (TGN) por la pandemia de Covid-19, señala el investigador Javier Cuevas.
El punto más preocupante es que varias de las empresas receptoras de los créditos se hallan en quiebra e imposibilitadas de repagar sus deudas, lo cual significa que el TGN es quien terminará pagando estos créditos.
Según Cuevas, hablar de la probabilidad de que el TGN tenga que asumir la obligación financiera de las empresas públicas es hablar de los impuestos que los bolivianos pagan como contribuyentes.
¿Es correcto que los impuestos de la gente se destinen a cubrir deudas impagables de empresas ineficientes, mal administrativas y cuya razón de existir es más que dudosa, mientras que los servicios básicos de salud, educación, infraestructura o justicia soportan carencias y penurias crónicas?, cuestiona Cuevas.
En los últimos 14 años, las empresas estatales (excluyendo YPFB) tuvieron utilidades operativas en sólo tres años (un año estuvieron en “break-even”). El boom de los precios del gas natural hasta 2014 y los mayores volúmenes de exportación le permitieron a la estatal petrolera generar excedentes.
Los créditos del BCB se concentran en cinco empresas (YPFB, ENDE, YLB, EBIH y Easba) con 36 mil millones de bolivianos hasta junio de 2021. En cambio, Ecebol, Lacteosbol, Quipus, Yacana, Promiel, Huanuni, Corani, Viento, Enatex, Envibol y Emapa recibieron 6 mil millones de bolivianos hasta junio de 2021.
Según el análisis, a partir de 2007, la creación de empresas generó una dispersión en los gastos de capital. La falta de una adecuada priorización y coherencia en la inversión pública tuvo un costo de oportunidad elevado, puesto que estos recursos podrían haber sido orientados a la exploración.
Hay 196 denuncias de corrupción
El informe de la Oficina de Fortalecimiento de la Empresa Pública señala que el Registro de Procesos de las Empresas Públicas ha contabilizado 1.225 procesos: 572 son procesos penales y 196 son demandas por corrupción.
Las pérdidas acumuladas pueden causar una “quiebra técnica casi automática”, además que muchas empresas no tienen consolidado el derecho propietario sobre sus inmuebles o terrenos, lo que pone en riesgo las inversiones y la continuidad de las operaciones.
Además informa de modelos de gestión ineficientes, que tienen como único cliente al mismo Estado, mecanismos de financiamiento inapropiados, falta de liquidez y otros.
12 de enero de 2022
Fuente: Los Tiempos