La Asociación de Ingenieros Metalúrgicos de Bolivia (AIMET) concluyó exitosamente su Congreso Anual 2025, realizado entre el 22 y el 24 de octubre en la ciudad de Cochabamba, con la participación de destacados profesionales del sector minero-metalúrgico, representantes de empresas, universidades, instituciones públicas y expertos internacionales.
El evento se consolidó una vez más como el principal espacio técnico de reflexión e intercambio de conocimientos sobre los desafíos y oportunidades de la minería y la metalurgia bolivianas en el contexto de la transición hacia energías limpias y sostenibles.
Principales conclusiones
1. La minería y la metalurgia: pilares de la economía nacional
Los participantes coincidieron en que la minería y la metalurgia fueron, son y seguirán siendo los principales sostenes de la economía boliviana, especialmente en un momento en que el mundo avanza hacia la generación de energía limpia y la creciente demanda de materiales críticos. Bolivia, como país minero-metalúrgico, debe prepararse para asumir un rol estratégico y competitivo en este nuevo escenario global.
2. Necesidad urgente de una nueva Ley Minera
Se destacó la urgencia de revisar y actualizar la actual Ley Minera, con el objetivo de otorgar seguridad jurídica y garantías efectivas a la inversión privada, tanto nacional como extranjera. La Ley 1777 puede servir de base, al igual que el anteproyecto de ley minera propuesto por la Fundación Milenio; sin embargo, será necesario realizar las reformas constitucionales correspondientes para contar con un marco normativo moderno, estable y competitivo.
3. Estado de las fundiciones nacionales
Durante el Congreso se manifestó una profunda preocupación por el estado crítico en que se encuentran las fundiciones nacionales, resultado de un manejo inadecuado y de la falta de profesionales idóneos en las últimas dos décadas. Se mencionó que Karachipampa ha retrocedido significativamente, habiéndose puesto en marcha la planta únicamente con fines demostrativos y no con la intención de operarla de forma permanente, además de carecer de los equipos necesarios para un control riguroso del horno Kivcet.
En cuanto a la Fundición de Vinto, se alertó sobre una deuda millonaria acumulada con Huanuni y Colquiri. Esta deuda resulta difícil de comprender, ya que los costos operativos y la relación maquila son fácilmente controlables, y porque la deuda de Vinto fue adquirida anteriormente por el Tesoro General de la Nación. Así mismo, se cuestionaron los bajos rendimientos operativos, la evacuación de escorias con más del 4 % de estaño y la supuesta venta de dichas escorias a precios irrisorios, lo cual genera una pérdida directa de valor y recursos para el país.
4. Nuevas plantas metalúrgicas
El Congreso destacó que la construcción de nuevas plantas metalúrgicas —como la proyectada planta de zinc— debe seguir un proceso técnico exhaustivo y planificado, basado en estudios de factibilidad integral que consideren la ubicación, tecnología, capacidad y viabilidad económica y ambiental de los proyectos. Se subrayó que estos proyectos deben estar dirigidos por profesionales especializados, que apliquen criterios técnicos y no políticos, priorizando la implementación de tecnologías industrialmente probadas, sostenibles y eficientes. El propósito es garantizar que las nuevas plantas sean viables, competitivas y generen verdadero valor agregado, reduciendo la dependencia de exportaciones de concentrados sin procesar.
5. Minerales críticos y estratégicos
Los llamados minerales críticos o materiales estratégicos han cobrado enorme relevancia en el marco de la transición energética global, ya que son indispensables para la fabricación de tecnologías limpias, baterías, vehículos eléctricos, paneles solares, turbinas eólicas, chips y equipos de defensa. Bolivia produce varios de estos recursos —entre ellos litio (Li), estaño (Sn), antimonio (Sb), cobre (Cu), oro (Au) y plata (Ag) en el occidente— y cuenta con un alto potencial de tierras raras en el oriente del país. El Congreso recomendó aprovechar estos recursos mediante tecnología moderna, promover la inversión de capitales privados y recuperar la posición histórica de Bolivia como uno de los principales productores mundiales de estaño y antimonio, impulsando además programas de exploración de otros minerales como el cobre, el tungsteno y la plata.
6. Formalización y regulación de las cooperativas mineras auríferas
Se enfatizó que las cooperativas mineras que explotan diversos tipos de minerales especialmente las auríferas, deben trabajar conforme a la ley y que, una vez asociadas con inversionistas o empresas privadas, deben adoptar el tratamiento legal de empresas formales, cumpliendo con todas las regulaciones vigentes, especialmente las ambientales. Además, se recomendó a las autoridades competentes ejercer un mayor control para evitar el ingreso de contrabando de mercurio y así dar cumplimiento al Convenio de Minamata.
7. Creación de refinerías nacionales de oro
Se propuso que el Estado promueva e instale refinerías de oro nacionales con el fin de recuperar este recurso de forma eficiente, pagar precios justos a los productores y generar divisas para el país, siguiendo el ejemplo de naciones vecinas. Se estima que, con la aplicación de tecnologías limpias y modernas, la producción nacional podría incrementarse de las actuales 30–40 toneladas anuales a niveles mayores estimados entre 53 y 73 toneladas, al mejorar los índices de recuperación.
8. Gestión estratégica del litio
El litio, declarado recurso estratégico de interés nacional, debe ser administrado por personal técnico idóneo y especializado, garantizando su independencia operativa y alejándolo de estructuras administrativas ajenas a su naturaleza tecnológica. Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) debe operar bajo criterios de eficiencia técnica, transparencia y profesionalismo. Se consideró fundamental permitir alianzas con empresas extranjeras de prestigio internacional, así como habilitar la participación de inversión privada bajo marcos de transparencia y beneficio mutuo. Durante el Congreso se analizó el anteproyecto de Ley del Litio propuesto por la Fundación Milenio, coincidiendo en varios de los puntos planteados, especialmente en la necesidad de un manejo profesional, eficiente y autónomo de este recurso.
9. Formación y futuro de los profesionales bolivianos
Finalmente, se resaltó la necesidad de formar a los jóvenes profesionales con una visión global, innovadora y sostenible. La AIMET reafirmó su compromiso de apoyar a las universidades en la incorporación de la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías en los programas de ingeniería y metalurgia, preparando así a una nueva generación capaz de liderar la transformación industrial del país.
10. Compromiso institucional
AIMET reafirma su compromiso con el desarrollo del sector minero-metalúrgico boliviano, promoviendo el conocimiento técnico, la sostenibilidad, la formación profesional y la articulación entre el Estado, la empresa y la academia, para fortalecer la industria que constituye la base de nuestra economía nacional.
Luis E. González
Presidente
Asociación de Ingenieros Metalúrgicos de Bolivia (AIMET)
Cochabamba – Bolivia
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