Uno de los departamentos más golpeados por la desaceleración económica es sin duda Tarija. El desempeño menguante de la economía tarijeña de los últimos cuatro años, sugiere que su producto departamental ha retrocedido a los niveles de 2012. Esta tendencia recesiva guarda una directa relación con la fuerte y persistente caída de la producción y la exportación de gas natural, la columna vertebral de la economía de Tarija. El deterioro económico del departamento conlleva un persistente aumento de la tasa de desempleo.
PIB departamental
En 2018 la economía tarijeña volvió a mostrar una contracción de su Producto Interno Bruto de -4.4 por ciento. En las gestiones previas de 2015, 2016 y 2017, la trayectoria económica de este departamento ya había registrado caídas importantes. Esta declinación contrasta con las tasas positivas del PIB de Bolivia (Gráfico 1). En efecto, si bien a nivel nacional el ritmo de crecimiento fue moderándose, se mantuvo por encima del 4 por ciento, al menos hasta el año 2018. En cuanto a la gestión 2019, es probable que los datos oficiales -aun no disponibles- confirmen la tendencia declinante del PIB departamental.
Si tomamos en cuenta los datos del PIB, en términos reales, encontramos que en 2014 llegó a un total máximo de Bs. 4,578 millones y que, desde entonces, descendió de manera constante hasta llegar a los Bs. 3,850 millones en 2018, un monto similar al registrado en 2012 (Gráfico 2).
Comparando ambos valores, se tiene que entre los años 2014 y 2018 la economía tarijeña ha experimentado una contracción acumulada de 15.9 por ciento. Este dato indica que la producción física del departamento se vio disminuida de manera sustancial, lo que sugiere que llevará varios años retornar al nivel del producto alcanzado en el pasado.
Debido a la contracción del PIB departamental, también su participación en el total nacional se ha reducido, pasando de un máximo de 11.3 por ciento en 2013 a solamente el 8.0 por ciento en 2018 (véase Gráfico 3). Esta menor contribución de Tarija a la economía nacional es resultado de sus cifras negativas de crecimiento frente a las tasas positivas de crecimiento del conjunto del país. Téngase en cuenta que el producto tarijeño es fuertemente dependiente de la producción y exportación de hidrocarburos.
Desempeño por sectores
El PIB relacionado con la producción de petróleo crudo y gas natural cayó en 11.8 por ciento en 2018, siendo el único sector con cifras negativas (Gráfico 4). Los hidrocarburos cayeron de manera consecutiva a tasas cada vez mayores, lo que explica la continua desaceleración de Tarija, puesto que este sector representa más del 35 por ciento del producto departamental. Los cuatro años de contracción suponen una tasa acumulada de casi un 30 por ciento menos.
La causa de la persistente caída del desempeño del sector petrolero radica en las fluctuaciones tanto del precio como del volumen de gas natural. Este el último aspecto es de suyo significativo, resultado de los menores volúmenes producidos de gas natural, que, de un promedio máximo de 40.8 MMm3/día en 2014, se pasó a 28.4 MMm3/día en 2018. Para la gestión 2019 la producción cerró el año con MMm3/día 24.6; esto es 13.3 por ciento menos que en 2018. Los menores volúmenes producidos se deben, en gran medida, a la magra inversión en exploración durante la última década. Adicionalmente, la demanda de nuestros compradores (Brasil y Argentina), tuvo ajustes importantes a la baja. La evolución de los precios tampoco ha sido favorable en los últimos dos años.
Por el contrario, llama la atención que los servicios de la administración pública hubieran sido el sector con mayor crecimiento, con una tasa de 6.58 por ciento. Durante los últimos cinco años dicho sector fue ampliando su participación en el total departamental, lo que sugiere una ampliación continuada de la burocracia departamental. El resto de las actividades crecieron por debajo del 3.5 por ciento, que, de hecho, no ha sido suficiente para compensar el descenso de los hidrocarburos dada su importancia para la economía del departamento.
Exportaciones locales
Lamentablemente el valor exportado por Tarija, en 2019, no logró mantener la senda ascendente insinuada en 2018, cuando totalizó los US$ 1,840 millones. Para el último año el valor de las exportaciones llegó a US$ 1,664 millones, lo que implica una contracción de 9.6 por ciento respecto de 2018 (Gráfico 5).
El principal destino exportador fue Brasil con US$ 987 millones, seguido de Argentina con US$ 653 millones. Hay que recordar que, con Brasil, recientemente se llegó a un acuerdo para los próximos años, que asegura la continuidad de las exportaciones gasíferas a este país. Para el resto de las exportaciones tarijeñas (poco significativas en el conjunto) su valor se redujo en 26.3 por ciento en 2019.
Inflación
Durante 2019 los precios de la mayoría de los productos se mantuvieron bajos. La inflación a nivel nacional cerró el año con una tasa de 1.47 por ciento, inferior a la tasa de 2018. Tarija fue la ciudad con la menor inflación en 2019 con un 0.31 por ciento (Gráfico 6).
Salvo en educación, que llegó a 2.74 por ciento, el resto de las categorías tuvieron tasas de inflación por debajo del 1 por ciento (Gráfico 7). Estos bajos niveles de inflación dan cuenta de la poca variación de los precios, e incluso cuatro divisiones presentaron una caída en sus precios, siendo la mayor de prendas de vestir y calzados con -1.33 por ciento. Inclusive los alimentos y bebidas no alcohólicas solo llegaron a un 0.63 por ciento.
Si bien una inflación a la baja puede ser vista por los consumidores como algo deseable, esto podría ser efecto de la contracción económica del departamento. Un menor dinamismo hace que los consumidores ya no gasten su dinero como antes, por lo que la demanda resulta también menor, obligando a la oferta a bajar sus precios.
Empleo
En el cuarto trimestre de 2018 la tasa de desempleo urbano llegó al 7.2 por ciento, una de las más altas del país. El promedio de desempleo para los hombres fue de 4.9 por ciento, mientras que de las mujeres se situó en 9.3 por ciento, denotando una brecha elevada en contra del sector femenino. Considérese que el 18.5 por ciento de los hombres y el 35.9 por ciento de las mujeres se dedican al comercio; las mujeres, en un 12.9 por ciento, trabajan en actividades de alojamiento y servicios de comidas. La fuerza laboral femenina se encuentra, casi la mitad, concentrada en actividades de servicios y mayormente informales.
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