Desde la gestión 2015 el ingreso per cápita del departamento de La Paz superó el promedio de Bolivia, esto debido tanto a la desaceleración de la economía nacional como al mayor dinamismo de la economía paceña. En 2017 La Paz fue el departamento con el tercer ingreso per cápita más alto en el país, con US$ 3,705, por debajo de Tarija y Oruro (ver gráfico 1).
Algo que llama la atención es que logró superar a otros departamentos que generalmente ostentaban mayores ingresos, como es el caso de Santa Cruz. La explicación tiene que ver con el hecho de que la caída de los precios de las materias primas, en gestiones previas, afectó a gran parte del país, pero principalmente a los departamentos con recursos hidrocarburíferos, restándoles dinamismo e incluso contrayendo su crecimiento, como es la situación de Tarija.
Producto departamental
La tasa más alta de crecimiento de la economía de La Paz se registró en 2015 con un 7.8 por ciento, y si bien se desaceleró en 2016 a 5.5 por ciento, tuvo un repunte en 2017, alcanzando la cifra de 6.6 por ciento (ver gráfico 2). Como se puede observar, la trayectoria del producto paceño difiere de la trayectoria de la economía nacional, que experimenta una clara desaceleración por cuatro años consecutivos.
Una de las razones para que La Paz tuviera una dinámica diferente es, por un lado, su nula relación con la producción y exportación de hidrocarburos, y por otra, su ligazón con la minería y los servicios de la administración pública. Así pues, su crecimiento de 2017 se debió en gran medida a la recuperación de la actividad minera (metálica y no metálica) que subió en 29.5 por ciento respecto a la gestión 2016; hay que recordar que un año antes la actividad minera se había contraído en 0.5 por ciento, en un contexto de fuerte caída de los precios de los minerales.
Entre otras actividades que han dinamizado la economía paceña, sobresale la construcción con un 8.2 por ciento, seguida del comercio con 7.3 por ciento (ver gráfico 3).
Si bien los servicios de la administración pública crecieron por debajo del promedio en 5.3 por ciento, su incidencia en el PIB paceño sigue siendo importante. En cambio, las industrias manufactureras fueron las de menor dinamismo, incluso el subsector de la “producción de minerales no metálicos” que tiene relación con la producción de cemento, cayendo en 8 por ciento. En ese sentido, resulta paradójico constatar un alto nivel de crecimiento del sector de la construcción y, a la vez, la contracción de la producción de cemento.
Exportaciones paceñas
El total de las exportaciones paceñas tuvo oscilaciones importantes los últimos años. En efecto, habiendo llegado a su nivel más alto en 2014 con US$ 1,446 millones, en 2015 se redujo a US$ 847 millones; 41.5 por ciento menos en un solo año (ver gráfico 4). Sin embargo, desde entonces las exportaciones se han recuperado, aunque sin alcanzar sus niveles máximos previos; en 2017 se totalizó un valor de US$ 1,157 millones, lo que implica un aumento de 18.8 por ciento con respecto a las exportaciones de 2016.
Se debe precisar que esta recuperación en los valores de exportación se debió íntegramente a la minería, y específicamente a la venta de oro al exterior. Como se observa en el gráfico anterior, excluyendo las ventas de oro, las exportaciones del departamento no habrían superado los US$ 500 millones, en los últimos años. Tanto así que desde el año 2011, el oro se ha convertido en el principal producto de exportación de La Paz, llegando a representar hasta el 67 por ciento del valor total exportado de minerales.
Desde ya, el valor de las exportaciones de oro pasó de US$ 110 millones en 2011 a un máximo de US$ 977 millones en 2014 (ver gráfico 5). Las oscilaciones de las exportaciones paceñas, en realidad siguen las fluctuaciones de la venta de oro. En 2017 estas ventas crecieron en 31.2 por ciento con respecto al año 2016; muy por encima de las exportaciones del resto de los minerales que, en conjunto, aumentaron a una tasa de 22.8 por ciento.
En contraste con las exportaciones de minerales, los productos no tradicionales de La Paz se han contraído por quinto año consecutivo, llegando a un valor de US$ 194 millones en 2017, lo cual representa una caída de 14.2 por ciento. Rubros como la joyería, madera o cueros, entre otros, sufren de cada vez más problemas en la exportación de sus productos, en parte debido al desfase cambiario que resta competitividad a los productos bolivianos en los mercados externos. Y si bien los productos textiles llegaron a un monto de US$ 11.8 millones, superando el nivel alcanzado en 2016, esa cifra está muy lejos de los US$ 96.8 millones de la gestión 2008.
Cartera bancaria
Durante los últimos años se han dado cambios en la composición de la cartera bancaria. En efecto, en la tentativa de fomentar las actividades tipificadas como “productivas”, el gobierno nacional modificó la normativa del sistema financiero, estableciendo metas de cartera para los Bancos Múltiples y Bancos PYME. Asimismo, se han regulado las tasas activas de interés en algunos sectores. Estas y otras medidas inciden en el desenvolvimiento del sistema financiero nacional y departamental.
Así pues, si se suma la cartera de los Bancos Múltiples y PYME, se obtiene que en la gestión 2017 esta cartera creció en 6 por ciento, por debajo del 16 por ciento observado en 2016. En términos absolutos esto representó un incremento de más de US$ 300 millones, siendo el de mayor expansión los “servicios inmobiliarios, empresariales y de alquiler” con US$ 106.2 millones, seguidos de los préstamos a la actividad de construcción con US$ 94.5 millones (ver gráfico 6).
En ambos casos, si bien se mantiene una senda positiva, sus valores fueron menores a los registrados en el año anterior. Por ejemplo, la cartera de la construcción pasó de crecer a una tasa de 35.9 por ciento en 2016 a un 11.3 por ciento en 2017. Por otro lado, el sector de comercio (“ventas al por mayor y menor”) se contrajo en US$ 93.8 millones, un fenómeno paralelo a la caída de los créditos a la actividad comercial, y que podría estar relacionado con las modificaciones en la normativa del sistema financiero. Las actividades asociadas a bienes raíces, como son la construcción y los servicios inmobiliarios, son ahora más importantes en la cartera bancaria.
Conclusión
Los datos anteriores evidencian que la economía de La Paz no ha progresado en términos de una diversificación productiva y que, por el contrario, ha profundizado su dependencia tanto de la minería como de la administración pública, lo que además se refleja en el retroceso continuado de la manufactura y de la agricultura. En ese escenario cobra gran notoriedad la creciente importancia de las exportaciones de oro, al punto de representar más de la mitad del valor total de las exportaciones paceñas.
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