Recientes declaraciones de dirigentes mineros, advirtiendo del colapso del nuevo ingenio de la empresa Huanuni, conocido como “Lucianita”, han vuelto a encender las alarmas acerca de este controvertido proyecto, que muchos califican como un otro fiasco de COMIBOL. Según reporta el periódico Página Siete (16/01/2019), René Fábrica, representante de Huanuni en la FSTMB, confirmó el estado lamentable del referido ingenio, con motores quemados y todo el sistema de cañerías colapsado, en el momento en que se intentó su funcionamiento.
“Los trabajadores estamos preocupados, era la única esperanza que teníamos con el ingenio de 3.000 toneladas (…), pero vamos a tomar acciones, tampoco podemos quedarnos con los brazos cruzados, tiene que haber responsables”, dijo el dirigente.
Un poco de historia
La increíble historia de la Lucianita, puede recapitularse a través de los artículos en la prensa nacional del experto en minería Jorge Espinoza -que ha seguido de cerca la trayectoria de este proyecto- y cuyos antecedentes se relacionan con la construcción del horno Ausmelt de Vinto, en 2010 y su puesta en marcha en 2014. Como la capacidad anual de producción de estaño metálico de este horno es de 18.000 toneladas y los concentrados de alta ley que requiere no son suficientes, según refiere Espinoza, para cubrir la diferencia, a los ejecutivos de COMIBOL, “con criterio simplista y sin estudio alguno”, se les ocurrió que el ingenio de la mina Huanuni en lugar de tratar las 1.200 toneladas diarias (junto con el ingenio de Poopó) trate hasta 3.000 toneladas de estaño”1.
Espinoza añade que en julio de 2011 se contrató a la empresa china Vicstar Union Engineering con un costo de 50,3 M$us, para instalar un ingenio de concentración gravimétrica en un plazo de 23 meses. “La supervisión de obra fue encargada por 2,5 M$us a CA-DUCH, creada por profesionales de Oruro, lo que causó que las otras empresas que se presentaron a la convocatoria pública observaran sobre todo la inexperiencia de la empresa contratada. La construcción del ingenio se inició en febrero de 2012 y se inauguró retrasada en febrero de 2015. Entregada la obra, recién se dieron cuenta que no había agua suficiente ni dique de colas para que opere el ingenio. El dique, que solo ahora se está construyendo, cuesta más de 16 M$us y se espera que con él pueda recuperarse (recirculación mediante) entre el 70 a 75% del agua. Incluyendo el suministro de energía eléctrica y detalles menores, seguramente el costo total estará por encima de los 70 M$us.”
Un objetivo inviable
Los problemas se remontan pues a la decisión de construir el horno Asmelt de Vinto, y respecto del cual Espinoza –como otros especialistas- siempre estuvo convencido de que “no sería posible producir y extraer diariamente de la mina 3.000 toneladas de mineral, para alimentar al ingenio Lucianita, debido: a) la desfavorable geometría del yacimiento, ya que en los niveles superiores de la mina existe una mayor superficie para las áreas de trabajo, mientras que en las nuevas áreas de trabajo (niveles inferiores) las áreas se van estrangulando, b) el número de rajos de explotación y desarrollos sobre vetas debería aumentarse en 2,5 veces, teniendo el problema señalado antes, por lo que no se podrán tener los suficientes rajos para cumplir la producción y, c) en los niveles inferiores que ya no tendrán tiraje natural, el problema de ventilación se agudizará y atentará contra la eficiencia productiva.”
Si previamente los ingenieros hubieran estudiado todos estos aspectos, nos habríamos ahorrado tremenda inversión, asevera el experto. De ahí también su recomendación de una auditoría técnica a cargo de una empresa experimentada, a fin de que se pueda establecer el tonelaje diario máximo de mineral susceptible de extraer de la mina. La sugerencia de Espinoza ha caído en saco roto. El gobierno decidió seguir adelante con la construcción del ingenio, que ahora tropieza, como se ha visto, con graves dificultades.
La cochera delante de los caballos
A la vista de los antecedentes, resulta incomprensible instalar un nuevo ingenio con capacidad de procesar 3.000 toneladas por día (tpd), con un costo de unos 55 M$us, puesto que esta capacidad debería determinarse con base en las reservas verificadas, la productividad de las cuadrillas de producción de mineral y el número de cuadrillas que pueden operar. Es lo que señala la lógica de un proyecto correctamente gestionado, que evidentemente no es el caso de la Lucianita. Todo indica que los criterios que pesaron en la decisión de las autoridades fueron otros, muy alejados de consideraciones técnicas y financieras adecuadas.
Solo así se puede entender que no se cuente con un estudio de factibilidad. Y no solo eso. Espinoza hace notar que “el personal técnico de COMIBOL ni siquiera realizó un análisis para determinar en base a los desarrollos sobre vetas, su ubicación y las condiciones de ventilación, si se podían ubicar las cuadrillas necesarias para extraer 3.000 tpd. Huelga indicar –añade- que debe estar listo todo el equipamiento para incrementar el arranque y la extracción de las aproximadamente 1.200 tpd actuales (compresores, sistema de suministro de aire comprimido, perforadoras, locomotoras, carros mineros etc.). Según comentarios recientes, ya existirían problemas para alimentar a los ingenios de Huanuni y Machacamarca con 1.200 tpd”2.
Como ya se dijo, el procesamiento de 3.000 tpd en Huanuni está relacionado con la instalación (también sin estudio alguno) del horno Ausmelt en la fundición de estaño de Vinto (con un costo aproximado de 35 M$us), que tiene una capacidad de producción de 18.000 TF por año. Sin embargo, lo máximo que produjo Vinto últimamente fue 11.801 TF en 2009 y en 2013 produjo 11.235 TF. El horno ya debió estar funcionando, pero su alimentación depende del incremento de la producción de concentrados de estaño en Huanuni, por lo que se lo está instalando sin tener asegurado su abastecimiento. Espinoza observa que en la minería primero son las minas, a partir de las cuales se proyectan los ingenios y, con base en éstos, las fundiciones. “No se puede invertir este orden como ocurrió en Huanuni y en Vinto”. Pero es exactamente lo que ha ocurrido.
Elefante blanco
La Lucianita sería el único ingenio para el que no se pensó en un dique de colas (éstas desembocan en el río Huanuni ocasionando daños ambientales de magnitud a varias poblaciones). La construcción del dique recién se inició en septiembre de 2015, después de concluido el nuevo ingenio. Casi un año más tarde se anunció un avance del 96%, pero, que se sepa, hasta ahora no funciona. Espinoza (El Diario, 20/11/2018) refiere que el gerente de Huanuni, para justificar las pérdidas de esta mina, dijo que solo se está cumpliendo con el 70% de la producción programada, porque se están explotando vetas más pobres y que desde hace varios años atrás no se han repuesto las reservas consumidas.
Lo cierto es que no existe el volumen necesario de concentrados para alimentar al actual ingenio. Y a ello se suma, ahora, las denuncias de los propios trabajadores de graves deficiencias técnicas (Espinoza alude también a su tecnología atrasada), que estarían impidiendo su funcionamiento, tras permanecer casi cuatro años paralizado por falta de agua y de un dique de desechos. Hay que recordar que la meta era triplicar la producción de Hunani. A cambio de ello, solo se tiene un proyecto que hasta ahora ha costado más de 70 M$us, y sin visos de que algún día pueda tratar las añorados 3.000 tpd de estaño.
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1 Jorge Espinoza: “Ingenio Lucianita de Huanuni. Un fiasco”, El Diario, 27 de mayo de 2018
1 Espinoza: “Huanuni, errores y crisis”, El Diario, 26 de agosto de 2014
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