El año pasado, el valor de las exportaciones del denominado “grano de oro” fue mayor al de los minerales, especialmente zinc y estaño • En 2016, la tonelada del cereal se cotizó en el mercado interno en $us 2.740. Hace cuatro años valía cerca de $us 7.000
El departamento de Oruro se encuentra ante el dilema de constituirse en un gran centro de exportación de quinua ante la fuerte volatilidad de la economía del departamento muy concentrada en un sector extractivo como la minería y con grandes dificultades para desarrollar otros sectores dinámicos.
Al igual que otros departamentos, la alta variación de sus actividades productivas explica primordialmente la tendencia al estancamiento económico y social en el largo plazo dijo un reciente estudio de la Fundación Milenio titulado “Oruro: Decadencia minera, auge quinuero y economía informal”, publicado el pasado 1 de noviembre.
CIFRAS
En la actualidad, la minería orureña vive un período de severa contracción, que refuerza los sentimientos de pesimismo sobre el futuro minero del departamento. Entre 2015 y 2016, las exportaciones mineras se redujeron de 99 millones a $us 79 millones.
“La caída de las exportaciones de concentrados arrastra a la exportación de productos metálicos (estaño y plata) que desde un valor máximo de $us 279 millones en 2010 se han reducido a $us 242 millones en 2016. Son precisamente las fluctuaciones de las exportaciones mineras las que configuran la alta volatilidad en el crecimiento de la economía departamental”, señaló Milenio.
COMERCIO INFORMAL
No obstante, la economía popular en la ciudad capital no sólo que muestra signos de vitalidad, sino que de hecho es la que sostiene la expansión de ciertas actividades de servicios, básicamente el comercio informal y el transporte urbano e interdepartamental. “Se diría que la economía local es cada vez más dependiente ya no sólo de la informalidad sino también del contrabando, aunque la estadística económica no registre el valor de esta clase de actividades”, sostuvo la publicación. Destaca sin embargo que en ese ámbito, “no es poca cosa el boom de exportaciones de quinua, que revaloriza la importancia de la producción agrícola regional, y porque se trata de una actividad de agronegocio que tiene como principal destino el mercado internacional”.
Lo que no sabemos es si este es un cambio que ha llegado para quedarse o se trata tan solo de un fenómeno episódico, advirtió Milenio. De cualquier manera, el avance de la quinua es lo suficientemente relevante para despertar expectativas en una región urgida de diversificar su estructura productiva. El 80% de las exportaciones bolivianas de quinua tiene su origen en el departamento de Oruro.
SOSTENIBILIDAD
Con todo, no debe pasarse por alto las dudas que se plantean sobre la aptitud y el cuidado de los suelos agrícolas para sostener un ritmo expansivo de la producción quinuera. En ese sentido, quizá el desafío mayor tiene que ver con la urgencia de avanzar en la industrialización de derivados del grano de quinua y de desarrollar una capacidad de oferta para un mercado cada vez más competitivo y que, además, hagan posible articular la producción campesina en cadenas de valor económicamente eficientes y socialmente beneficiosas.
7 de noviembre de 2017
Fuente: El Diario