Se acaba de sugerir que se proceda a realizar importantes cambios en reformas fiscales, monetarias y financieras, por considerarse que la economía nacional se halla estancada en su administración, lo que implica que no se estarían efectuando oportunas reformas, de conformidad con los cambios importantes que se están produciendo en estas áreas en el campo internacional.
Una Fundación dedicada a los estudios económicos del país, como es Milenio, considera que se debe proceder a esas modificaciones, en consideración a que actualmente afronta dificultades para sostener un mayor crecimiento, para cuyo efecto se tendría que iniciar una etapa de transición, para dirigirse a un nuevo modelo de crecimiento sustentable y socialmente inclusivo, adoptando medidas concretas de estabilidad y equilibrios macroeconómicos.
A propósito, se anuncia que en tres meses se presentará a consideración del país opciones de reformas fiscales, monetarias y financieras, que conduzcan a un aterrizaje gradual y equitativo, y que a la vez aseguren la estabilidad macroeconómica y un despliegue sostenido de la economía nacional.
En cuanto al modelo extractivista que ha seguido el país, se ha sostenido que el mismo está agotado, porque se redujo a una competitividad modesta respecto a precios. Lo que ha faltado y ahora se debería hacer es identificar y crear nuevos mecanismos de crecimiento.
Acerca de ello, Milenio sostiene que los nuevos motores deben ser: inversión, productividad, innovación y diversificación económica. Empero, esto tiene que ver con condicionantes que deben ser cambiados, los que específicamente conciernen, al menos en primera instancia, a las políticas económicas, por cuanto son necesarias para canalizar mayor inversión externa e interna y, al mismo tiempo, dar mayor seguridad al sector empresarial, al que en vez de estimularle y darle las garantías necesarias para su regular desempeño, se le crea mayores exigencias impositivas o por lo menos se advierte una falta de seguridad y garantías para sus actividades en general.
En efecto, se desenvuelve tímidamente o en medio de restricciones gubernamentales y municipales, ante el riesgo de sufrir percances legales y/o impositivos. Al existir estas condiciones se desalienta el surgimiento de nuevos emprendimientos, cuando lo apropiado sería incentivarlos.
Al respecto, resulta pertinente señalar que en otros países ellos son más bien impulsados e inclusive se les otorga tratamientos de estímulo para su apertura y desarrollo. Concretamente, uno de esos medios es de orden impositivo. Se les inhibe de pagar impuestos en los primeros años de su funcionamiento, por lo general por el lapso de cinco o más años, con lo que se les permite desplegar con mayor decisión e iniciativas sus operaciones iniciales, de manera que logren su asentamiento rodeados de las mayores facilidades oficiales.
Con ello se logra impulsar la actividad económica, el empleo de las materias primas que tiene el país sin un adecuado uso y aplicación, aparte de que en el orden social se produce la creación de más puestos de trabajo, con la perspectiva de que al corresponder al sector privado, se impulsa el aprovechamiento de los recursos naturales que posee cada país. Con ello explícitamente se mejora las condiciones sociales de la población, por lo que se atenúa o elimina la pobreza y es lo mejor que le puede ocurrir a un país.
26 de julio de 2018
Fuente: El Diario
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