OPINIÓN: Luces y sombras de La Paz: el reto de recuperar su vocación productiva

El departamento que acoge a tres de los poderes del Estado es tradicionalmente industrial, pero en lo últimos años este sector es predominantemente informal. El turismo es su fuerte.

La Paz, aunque es el principal departamento del país por la presencia de tres de los poderes del Estado, lucha por lograr un crecimiento sostenible.

Según un informe de la Fundación Milenio, la economía de La Paz, pese a tener una tasa de crecimiento superior al 4 por ciento y un bajo nivel de desocupación general, no presenta perspectivas muy positivas.

Después de haber alcanzado un notable 7.8 por ciento en 2015, la economía paceña ha reducido su tasa de crecimiento, situándose en 2018 en 4.5 por ciento, ligeramente por encima del promedio nacional.

Esta desaceleración puede deberse a que el impacto de la administración pública es menor y más limitado, en tanto que la construcción presenta signos importantes de desaceleración y las exportaciones dependen de las fluctuaciones del oro; a esto se suma que la tasa de desempleo sube entre los jóvenes con educación superior y el mercado laboral premia más el trabajo no calificado, según el informe.

La industria, relegada

El crecimiento desigual paceño puede explicarse, según el economista Gabriel Espinoza, porque el desarrollo se ha concentrado en las grandes ciudades paceñas, La Paz y El Alto, y en sectores de comercio y servicios.

La industria, el verdadero impulsor del crecimiento sostenible, fue relegado.

La Paz se ha sustentado, señala Espinoza, en materias primas y la recaudación impositiva, lo que no es suficiente.
Agrega que hace 20 años, La Paz tenía la vocación productiva de la industria, pero desde hace unos década las industrias pierdes espacio.

El economista indica que aunque hay industria en La Paz es informal y pequeña. Agregó que el reto es tener industrias medianas y grandes, y formales que generen empleo de calidad.

Empleo de ¿calidad?

Hoy, si bien en promedio el nivel de desempleo en el área urbana paceña es bajo, según la Fundación Milenio no todas las personas tienen la misma oportunidad de encontrar empleo. Por ejemplo, aquellos individuos con un nivel educativo más bajo, que solo cursaron primaria tienen menos problemas en encontrar empleo.

Esto puede deberse a lo que apunta Espinoza, a que al ser la industria informal no contrata mano calificada y, por lo tanto, también paga menos.

De acuerdo con Milenio, en 2018, aquellos individuos con un nivel educativo más bajo, que solo cursaron primaria tuvieron menos problemas en encontrar empleo con una tasa de 1.7 por ciento; sin embargo, aquellos que contaban con educación superior tuvieron mayores dificultades ya que la tasa de desempleo subió a 4.7 por ciento (en el caso de las mujeres este fenómeno es más marcado).

Así pues, una mayor cantidad de años de estudios no garantiza una inserción laboral más rápida. De hecho, más del 50 por ciento de la población desempleada en el área urbana de La Paz, al cuarto trimestre de 2018, contaba con educación superior.

La situación de la construcción

La construcción es uno de los pilares del crecimiento de La Paz, porque genera gran cantidad de empleo, pero ha estado perdiendo dinamismo.

La Fundación Milenio explica que si bien tuvo una recuperación después de contraerse en 2014, el PIB departamental de la construcción se desaceleró en 2018 a un ritmo de 3.3 por ciento, desde un 8.2 por ciento en 2017.

La reciente desaceleración de la economía nacional, apunta, afecta al sector de la construcción. Por eso, según lo muestra la encuesta de empleo, durante los últimos trimestres de 2017 y 2018 el número total de personas ocupadas en la construcción disminuyó de manera consecutiva.

Fortalezas y debilidades de La Paz

El economista Gabriel Espinoza destaca que La Paz tiene un gran potencial en el turismo y es también un nicho clave para los servicios financieros.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el flujo turístico internacional de turistas a La Paz para el año 2018, fue de 988.263 visitantes nacionales y extranjeros, con un incremento de 2,14 por ciento respecto a un año antes.

La Paz es el departamento donde más extranjeros, casi un 45 por ciento del total en Bolivia, se registra en hospedajes. Llegan atraídos principalmente por el lago Titicaca, los Yungas y la fiesta del Gran Poder.

Para Espinoza, además del fomento del turismo, se debe retomar la planificación industrial y territorial, elemento imprescindible para el desarrollo y que actualmente es la causa de las grandes brechas en el departamento respecto a otras zonas del país, como Santa Cruz, y otros países de la región.

Según la publicación universitaria Eure, La Paz perdió influencia en Sudamérica. En el ránking 2019 de Eure sobre las mejores ciudades para hacer negocios, la sede de Gobierno cayó del puesto 34 al 47 y se espera que llegue al 50.

16 de julio de 2019
Fuente: Opinión

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