Para el investigador de la Fundación Milenio, Enrique Araníbar, el reciente cambio de año base se lo hizo de manera más adecuada que el anterior, cuando se conoció el IPC 2007 hubo observaciones al proceso y resultado de la modificación, principalmente a la estructura de ponderaciones.
Asimismo observó que si bien se realizó una Encuesta de Presupuestos Familiares para el cambio de año base 2016, esto no se dio en 2007.
Llama la atención, dijo que la ponderación para alimentos y bebidas no alcohólicas, que se mantuvo casi sin variación, que pasó de 27,37% a 27,06%.
“Si se toma como parámetro el anterior cambio de año base y la variación de los ingresos de la población, el descenso debía haber sido mucho mayor”, anotó.
Comparó que a medida que los ingresos de la población suben, sus gastos en alimentación deberían descender, lo que significa que la proporción del total de su dinero destinado a estos productos será menor.
Por ejemplo citó que si una persona gana 2.000 bolivianos y gasta 1.000 bolivianos en alimentos, esto representa el 50% de su ingreso, pero si sube su sueldo a 3.000 bolivianos y mantiene su consumo, entonces estos pasarán a representar sólo el 33%.
En su criterio, la nueva ponderación de alimentos crea una interrogante, si los ingresos de los bolivianos mejoraron en mayor medida en la última década en comparación a los 15 años previos, ¿por qué la ponderación de alimentos se mantuvo casi sin variación y no descendió como en el anterior cambio de año base?, cuestionó.
De acuerdo con Aranibar, se puede dar tres respuestas, primero que a medida que mejoraron los ingresos también lo hizo su consumo de alimentos de manera sostenida durante los nueve años.
La otra opción, dijo, es que el incremento de los ingresos de la población en realidad no fue tan significativa como se piensa dejando el poder adquisitivo con poca variación, por lo tanto, las pautas de consumo fueron similares.
O también se puede pensar que los problemas del anterior IPC fueron significativos, por tanto la estructura de ponderación no fue representativa del consumo de la población boliviana, añadió.
El INE informó que la modificación ahora incluye una lista de 513 productos, antes eran 426 y que se amplió la cobertura geográfica de la investigación en las conurbaciones de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba.
Se incorporaron en la canasta desde calzas, hasta sopa de fideos, hot dog, TV Cable, internet, medicamentos naturales, antibióticos, entre otros.
10 de febrero de 2018
Fuente: Página Siete