El nuevo impuesto alcanzaría a todas las personas naturales, a excepción de aquellas cuyos ingresos mensuales no superen los tres salarios mínimos nacionales.
La creación de un Impuesto a la Renta de las Personas Naturales y la fusión del Servicio de Impuestos Nacionales con la Aduana son dos de las propuestas de la Fundación Milenio para modernizar y simplificar el sistema tributario.
El viernes 23 de julio, la Fundación Milenio presentó el libro Modernización y simplificación del Sistema Tributario, en el cual se presenta un análisis de las debilidades de la administración tributaria en el país, así como propuestas para su reforma.
“Nuestra propuesta es construir un sistema tributario que sea simple, moderno, equitativo y que ensanche la base tributaria del país, pero que lo haga con criterios de justicia y equidad, correspondiendo a la capacidad real y efectiva de pago que tienen las familias y las personas en Bolivia”, explicó el editor y coordinador del libro, Henry Oporto.
Para esto, la Fundación Milenio propone, entre otras medidas, la creación de un nuevo Impuesto a la Renta de las Personas Naturales (IRPN) que grave todas las rentas de las personas, sean éstas provenientes del trabajo, del capital o del patrimonio (alquileres, del rendimiento presunto de los anticréticos, dividendos por acciones, intereses por ahorros), o bien provengan de la remuneración de las personas naturales bajo relación de dependencia o de manera independiente. La generalización del impuesto a la renta sobre los ingresos individuales.
“Bajo la figura del IRPN, busca revertir la inequidad en la tributación de rendimientos provenientes de la renta del trabajo, del capital y del patrimonio, y de este modo también revertir los grados de regresividad del sistema tributario”, agregó Oporto.
Este impuesto alcanzaría a todas las personas, con la excepción de quienes tengan ingresos inferiores a tres salarios mínimos nacionales (SMN) mensuales, es decir, quienes ganen menos de 6.492 bolivianos/mes.
“Esto significa que habría un segmento de la población de bajos ingresos a la que no le alcanzaría este impuesto, todos los demás bolivianos estarían obligados a pagar este tributo que tiene varias ventajas”, explicó el coordinador de la fundación.
La principal de estas ventajas sería ampliar la base tributaria del país, reducir la evasión tributaria y además se constituye en un impuesto más equitativo y justo, puesto que se basaría en la capacidad real de la economía de las personas, a diferencia de otros tributos indirectos o que gravan el consumo.
“En particular, lo que se busca con este impuesto es sustituir a los tributos de los regímenes especiales. Son tres, el Régimen Simplificado, el Integrado y el RAU, estos tres impuestos cubren al 26% de las personas económicamente activas, sin embargo, la recaudación de estos tres regímenes alcanza al 0,14% del total de las recaudaciones del país”, puntualizó Oporto.
El experto agregó que con base en datos oficiales es muy probable que incluso el costo administrativo que implica administrar estos impuestos sea más alto que la recaudación efectiva.
“Si eliminamos estos impuestos, esa población que actualmente se encuentra dentro de estos regímenes va a tener probablemente incentivos para formalizarse y muchas de estas personas van a poder pasar al impuesto a la renta de personas naturales y ahí van a obtener beneficios que en la actualidad no los tienen”, agregó el coordinador de la publicación de Milenio.
Fusión del SIN y la Aduana
Otra de las propuestas contenidas en el libro, es la de impulsar una reingeniería institucional en la administración tributaria, integrando el Servicio de Impuestos Nacionales con la Aduana, formando un solo organismo, lo que simplificaría los tramites y los abarataría,
“Proponemos la integración del Servicio de Impuestos Nacionales y de la Aduana Nacional, en una sola entidad administradora, y con la característica de un organismo técnico, altamente profesional, con plena autonomía de funcionamiento y a resguardo de la intromisión política”, indica la propuesta.
Por otra parte, esta integración sería la base para una reingeniería de los servicios tributarios y aduaneros, que se traduzca en una adecuada gobernanza y gestión estatal, con mecanismos de buena gerencia, supervisión y coordinación eficiente.
“Entre los beneficios que cabe esperar está el ahorro de recursos por economías de escala derivada de procesos transversales, la unificación de criterios en la aplicación de normas y protocolos, la integración de las bases de datos, y, por cierto, la agilización de trámites y la reducción de tiempos y costos para los contribuyentes”.
A esta fusión, complementariamente es indispensable hacer ajustes y actualizar las normas del código tributario para resolver una cantidad de problemas que se han generado desde hace varios años y que tienen que ver, por ejemplo, con las deudas tributarias, con la elevada mora y con la aplicación de la justicia en materia tributaria, manifestó el experto en el tema.
La situación actual del sistema tributario en Bolivia
De acuerdo con el investigador Henry Oporto, el sistema tributario del país sufre de cuatro “males endémicos”: Demasiados impuestos, una excesiva carga tributaria, la burocracia relacionada al pago de los tributos y la inequidad y carácter regresivo del sistema.
“La paradoja que encontramos en Bolivia es que esta combinación de impuestos altos, con procedimientos morosos y costosos para el cumplimiento de las obligaciones tributarias, en realidad constituyen incentivos para la informalidad, para el contrabando y la defraudación impositiva”.
El investigador agregó que existen una serie de negocios y grandes capitales que se mueven en el campo de la informalidad y la ilegalidad y que, sin embargo, se escudan y se camuflan en los regímenes especiales simplemente para eludir el pago de impuestos.
“Eso es lo más injusto, porque negocios muy prósperos no están pagando impuestos o si pagan son mínimos, que no tienen nada que ver con la verdadera dimensión de sus negocios e ingresos”, acotó.
En ese sentido, el investigador indicó que el libro presentado tiene dos motivaciones.
“La primera es tratar de resolver los males endémicos del sistema tributario boliviano y, segundo, impulsar el proceso de recuperación de la economía. Entendiendo que la política tributaria debe ser una herramienta política clave para remontar la crisis económica que está viviendo el país”, señaló .
Medidas urgentes
Reducción El libro señala que es necesario reducir los impuestos generales de nueve a cuatro, estos serían, el Impuesto al Valor Agregado (IVA), el Impuesto a las Utilidades de las Empresas (IUE), el Impuesto a los Consumos Específicos (ICE) y el nuevo Impuesto a la Renta de las Personas Naturales (IRPN).
Incentivos Por otra parte señala que es necesario crear incentivos para los emprendedores y empresas constituidas, reduciendo la alícuota del IUE de 25% a 20%, para así ofrecer mejores condiciones de inversión para las empresas y mejorar la competitividad de las mismas, de modo que su producción pueda competir con las importaciones.
2 de agosto de 2021
Fuente: Página Siete