La Fundación Milenio alerta una riesgosa tendencia de caída económica y un agravamiento de los desequilibrios fiscales, monetarios, cambiarios y financieros, que comprometen la estabilidad macroeconómica, además de generarse una “devaluación de facto” en Bolivia.
“Lamentablemente la economía boliviana está en una pendiente de caída y esto tiene dos consecuencias importantes, por un lado, el estancamiento de la actividad económica y productiva, hay un declive muy fuerte de las exportaciones tanto de las tradicionales, como las no tradicionales. Por otro lado, se han agudizado los desequilibrios fiscales, monetarios, cambiarios y financieros”, afirmó Henry Oporto, director Ejecutivo de Milenio.
Señaló, que la consecuencia de ambas cosas, es lo que “todos” estamos sintiendo en la vida cotidiana: la escasez de dólares, la falta de combustibles, además de una reactivación del proceso inflacionario.
Añadió que el mercado laboral está lastrado por la precarización, el cuentapropismo, la expansión de la informalidad del empleo a unos niveles verdaderamente de récord. Mientras los ingresos laborales siguen “deprimidos” y pierden el poder adquisitivo, afirmó en la presentación del Informe Milenio sobre la economía de Bolivia, junio de 2024.
Escenario al que se suma la falta de medidas para enfrentar estos shock internos y externos, lo que está teniendo el efecto de agravar los problemas y probablemente de profundizarlos hacia el futuro.
En relación a las proyecciones de crecimiento para este 2024, el gobierno prevé un 3,7%, aunque otros tres organismos estiman que sea por debajo del 2%. El Fondo Monetario Internacional 1,6%, el Banco Mundial 1,4% y la Comisión Económica para América 1,9%.
“No se trata de un año, viene conformando un ciclo, daría la impresión que la economía boliviana se ha sumergido en un ciclo de bajo crecimiento, es una economía que tiende a deprimirse y que por ello mismo tiene dificultades para mejorar los ingresos de la población o mejorar la calidad de vida de la gente”, sostuvo Oporto.
El director Ejecutivo de Milenio planteó seis medidas, las que no deberían ser aisladas, producto de los hechos o presiones sociales, porque de esa manera no se constituye en un camino para detener la crisis, por el contrario, pueden agravar los problemas.
Señaló que las políticas deben atacar los aspectos más críticos de la situación actual, pero también que tengan consistencia, coherencia entre sí, de manera que el país tenga un rumbo más claro de por donde se va a desenvolver y se traduzca en certidumbre para las empresas, los agentes económicos y las familias. Políticas con resultados a corto, mediano y largo plazo.
Milenio planteó seis recomendaciones que se encuentran en la publicación Informe de Milenio sobre la economía de Bolivia
1. Buscar la forma de sanear las cuentas públicas y fiscales y reducir o recortar el alto nivel de déficit público. En el que se identifican tres fuentes: la racionalización del subsidio a los carburantes, la drástica reducción del empleo público, que ha crecido a niveles insostenibles, y enfrentar el descalabro de la mayoría de las empresas públicas.
2. Una segunda política tiene relación con el tema monetario. “Hay un aumento preocupante en la emisión monetaria, esto está provocando una presión mayor sobre el tipo de cambio y la inflación. Además, está generando una brecha cambiaria que en la práctica significa un tipo de devaluación de facto de buena parte de los elementos que conforman los productos del mercado”. Respecto la política monetaria el gran desafío es restituir una capacidad autónoma, profesional y eficiente del Banco Central de Bolivia, para que administre adecuada y responsablemente la política monetaria, cualidad que en opinión de Oporto “ha perdido”, es decir que ha dejado de ser una institución “independiente” y con “credibilidad”, factores que conspiran para establecer una política monetaria adecuada.
3. En relación a la política cambiara, sostiene que hay una fragmentación en el tipo de cambio. Citó a Jaime Dunn, dijo que el analista ha estimado que habría 13 tipos de cambio de acuerdo al tipo de transacción. Lo que provoca una gran incertidumbre para los agentes económicos que no tienen una referencia clara de cuál es el precio del dólar que en Bolivia es una variable fundamental. Se platea la necesidad de buscar una política que vaya a restablecer la unificación del tipo de cambio. Si esa es la dirección en la que se debe avanzar, también se debe discutir mecanismos como el bolsín del BCB que cuando fue creado hizo una contribución importante en la estabilidad económica.
4. Señala que ante la agobiante escasez de divisas es fundamental promover las exportaciones y revertir su trayectoria descendente en los últimos años. Considera que las exportaciones no tradicionales particularmente agroalimentarias pueden tener un mayor potencial, ante la caída de las exportaciones de minería e hidrocarburos. Sugiere comenzar eliminando todas las restricciones a las exportaciones, además de otras acciones que incentiven la productividad y la apertura de nuevos mercados para la producción nacional en el ámbito alimentario.
5. Milenio sostiene que es importante una política de inversión nacional y extranjera. “Bolivia sufre de una sequía de inversiones directas”, dice Oporto en su exposición. La movilización del capital privado permitirá aumentar la producción y las exportaciones y generar ingresos en divisas. “La salida de la crisis pasa forzosamente por un nuevo modelo de desarrollo sustentado en la productividad, la transformación tecnológica y el capital humano, lo cual no es posible sin una corriente masiva de capitales privados».
6.Finalmente, Milenio plantea que una estrategia de contención y superación de la crisis económica difícilmente podrá eludir la necesidad de buscar un programa de financiamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que le permita obtener recursos frescos para aliviar la crisis de reservas y divisas. “Cuesta imaginar que en las actuales circunstancias en las que se debate la economía, que se ha quedado sin reservas internacionales y cuyas reservas en divisas está en un mínimo histórico, cuesta imaginar que el país pueda prescindir de una línea de financiamiento del FMI que probablemente es la única fuente disponible que tendría el país para poder aliviar esta severa crisis de reservas de divisas que tenemos en el país (…) Bolivia necesita un rescate financiero para resolver esta terrible crisis de reservas ”.
3 de julio de 2024
Fuente: ANF