Henry Oporto es economista y director de la Fundación Milenio, organización que acaba de publicar un informe sobre la economía boliviana. En el documento, advierte de “bombas de tiempo” (una crisis económica), que pueden estallar en cualquier momento si no se asumen medidas inmediatas y estructurales.
– ¿Cuál es la situación actual de la economía boliviana en el contexto de desaceleración?
-La economía boliviana se ha debilitado, sobre todo este 2017, lo que está haciendo que las oportunidades de emprender negocios y conseguir trabajo sean más escasas. Este informe (el editado por Milenio) identifica algunos desequilibrios macroeconómicos que tienen el potencial de erosionar la economía del país. Son como bombas de tiempo que pueden estallar en cualquier momento, si no se aplican reformas estructurales. Ya no podemos hablar de paliativos. La falta de acción puede ser una receta segura hacia la crisis.
– ¿Cuáles son los indicadores para sostener que estamos ante una bomba de tiempo?
-La economía boliviana no está mal, pero va de bajada. El año pasado creció 4,3 por ciento, una de las más altas de la región, pero estamos creciendo menos y con un mayor esfuerzo fiscal, que a su vez se traduce en déficit y en estos desequilibrios macroeconómicos que mencioné.
– ¿Qué ocurre con el déficit fiscal?
Se ha disparado. Este año, se ha programado un déficit de 7,8 por ciento, que sería superior al 6,6 por ciento del año pasado, pero lo que es más importante: vamos a tener cuatro años consecutivos de déficit fiscal desde 2014 y es un déficit creciente. Por eso digo que se está disparando.
– ¿Cuáles son los efectos?
Este déficit fiscal se financia en un 70 por ciento quemando reservas internacionales y 30 por ciento con endeudamiento externo. En 2016, perdimos 3,5 millones de dólares de reservas. En la medida en que éstas disminuyan, las condiciones de contrataciones de futuros créditos van a ser más onerosas. Además, este déficit provoca déficit en la balanza de pagos, asociada a otro déficit: el de la balanza comercial, lo que nos causa “déficits trillizos”. Por varios años, el país tuvo balanza comercial superavitaria, pero el último fue en 2014. Desde entonces, importamos más de lo que exportamos.
– ¿Qué rol juega el tipo de cambio fijo?
– Nuestra moneda está sobrevaluada en 30 por ciento. Las economías vecinas han devaluado sus monedas, pero nosotros no. Por ello, nuestras exportaciones se ha encarecido en el mercado internacional frente a las de otros países, que al haber devaluado han reducido precios y se han hecho más competitivos. Esta pérdida de competitividad también afecta a los productos nacionales que vendemos en el mercado interno, que podrían sustituir las importaciones. El nivel de importaciones se mantiene extraordinariamente alto. Tener un dólar barato, está perjudicando nuestras exportaciones y favorece las importaciones, y nuestra economía se ha hecho altamente dependiente de productos extranjeros, y si sigue la tendencia vamos a terminar siendo un país importador neto de alimentos.
– ¿Política salarial?
– La política salarial, como el doble aguinaldo, está afectando duramente a la salud de las empresas, debido, sobre todo, a que estos incrementos no tienen contrapartida en aumentos de productividad laboral. Esto se traduce en incremento creciente en los costos laborales y de producción. Las empresas están afectadas por doble partida. Por un lado por el tipo de cambio fijo y, por otro, por los incrementos continuos de salario. La combinación de todo esto es lo que genera un escenario potencialmente crítico.
– ¿El sector público?
Hay que ajustar el sector público, está demasiado grande, demasiado sobredimensionado. Necesitamos apostar a nuevas condiciones de financiamiento, entre ellas la inversión extranjera, que, a su vez, exige seguridad jurídica, reglas de juego estables, ambiente de negocios positivo y reformas institucionales.
EMPRESAS PÚBLICAS SON DEFICITARIAS
La mayor parte de empresas públicas son deficitarias. En el primer trimestre de 2017, el conjunto de estas empresas tuvo un déficit de 50 millones de dólares. En el sector público son dos o tres empresas que arrojan utilidades, una de ellas es YPFB. Aún así, esta tuvo en 2016 utilidades por 36 millones de dólares. En 2004 y 2005, tuvo utilidades por 160 millones de dólares.
PROPUESTAS
Hay que aplicar medidas urgentes. Henry Oporto explica que sus propuestas inmediatas son controlar el déficit fiscal y los desequilibrios económicos en las cuentas externas, la pérdida de reservas y de competitividad. “No es posible garantizar sin sanear las cuentas fiscales, sin un drástico recorte del gasto público dispendioso, ineficaz, ineficiente y sin mejorar la competitividad de la producción nacional”, manifiesta.
Diversificar la economía.En lo estructural, se necesita replantear las bases del modelo de crecimiento, pues se ha mantenido y, en algunos casos, empeorado, la dependencia del gas, los minerales y la soya. “Necesitamos generar nuevos motores de crecimiento, diversificando la economía e impulsando las exportaciones no tradicionales. Además, tenemos que apostar a la innovación tecnológica y productiva”.
Retorno gradual a régimen flexible. Además, hay que pensar en un retorno gradual de la tasa de cambio fijo a un régimen flexible. ¿El Gobierno querrá aplicar estas medidas? “No creo. Claramente choca con la prioridad que tiene el Gobierno que es política. El Gobierno tiene como prioridad la reelección de Evo Morales”, sentencia.
17 de octubre de 2017
Fuente: Los Tiempos
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