La economía boliviana sigue disfrutando de una bonanza económica que, a pesar de los problemas que se han presentado en Europa y estados Unidos, mantiene elevados los precios de nuestras exportaciones. Esto se refleja en crecientes importaciones, acumulación de reservas y una relativa estabilidad de precios. Sin embargo, en una perspectiva de largo plazo se observa que estamos lejos de haber superado los desafíos de construir una economía más sostenible, capaz de generar valor, transformar las riquezas naturales en fuerza productiva, y ofrecer mejores oportunidades y más equidad.
El 2011 la economía mundial se desaceleró. En los países desarrollados resurgieron con fuerza los problemas de desempleo, desequilibrios fiscales, deuda soberana, y debilitamiento del sistema bancario. Las economías desarrolladas estuvieron afectadas, además, por la reducción de su calificación de deuda. La crisis europea empezó a expandirse desde la periferia de Europa a países más grandes como España o Italia.
A esto se sumaron las manifestaciones de descontento de las poblaciones de varios países europeos, en lo que se conoce como el movimiento de los indignados. El crecimiento económico bajó en Europa a 1,6 por ciento en 2011, de un nivel de 1,9 por ciento en 2010. En Estados Unidos también bajó el ritmo de crecimiento al 1,8 por ciento en 2011, luego de haber alcanzado al 3 por ciento en 2010. El Japón se contrajo en 0,9 por ciento. Los dos gigantes asiáticos también sufrieron una desaceleración: en China cayó la tasa de crecimiento de 10,4 por ciento el 2010 a 9,2 por ciento el 2011, mientras que la India logró crecer al 7,4 por ciento, luego de haber crecido a 9,9 por ciento el 2010. Sin embargo, en América Latina la situación fue desigual. Aunque el conjunto de la economía de la región disminuyó su ritmo de crecimiento el 2011 (de 6,1 por ciento a 4,3 por ciento), once de los 20 países de la región crecieron más el 2011 que en 2010. El desempeño de nuestros vecinos fue también heterogéneo, mientras cayó el crecimiento de Brasil al 2,9 por ciento (cuando el 2010 había crecido al 4,5 por ciento), el de Argentina alcanzó al 9 por ciento, y el de Perú al 7 por ciento.
A pesar de la disminución del ritmo del crecimiento de la economía mundial, los precios de las materias primas mantuvieron niveles elevados. El precio del petróleo alcanzó niveles significativamente superiores a los del 2010 en la primera parte del 2011, y aún cuando tendió a caer al final del tercer trimestre, se recuperó a finales de año.
Los precios de los metales subieron la primera parte del año, pero tendieron a caer en el segundo semestre. Algo similar ocurrió con los precios de los productos agrícolas.
Nuestras exportaciones, impulsadas por los mayores precios, crecieron significativamente (30,9 por ciento). Este incremento en las exportaciones se explica en un 84,5 por ciento por el aumento de los precios y sólo en 15,1 por ciento por mayores volúmenes.
La mayor parte del incremento del volumen de exportaciones provino del sector minero y de hidrocarburos, mientras que el valor de las exportaciones no tradicionales se redujo. Por ello se acentuó nuestra dependencia exportadora de las materias primas no renovables que el 2011 representaron el 83,2 por ciento del total las exportaciones.
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