Dos decenas de empresas del Estado adeudan al Banco Central de Bolivia (BCB) un total de Bs 42.790 millones ($us 6.148 millones), un monto que representa el 14,6% del Producto Interno Bruto (PIB). Analistas observan que no se conoce la situación real de las estatales y consideran que la mayoría está en una situación que les imposibilitará cumplir con los pagos de los créditos.
En el Informe de Política Monetaria de julio de 2022 del BCB se detalla que, a junio de este año, el saldo de la deuda por créditos de ENDE, YPFB, YLB, Easba y EBIH, todas empresas públicas nacionales estratégicas (EPNE), asciende a Bs 36.548 millones, mientras que los préstamos otorgados a otras 15 firmas públicas por el BCB, mediante el Fondo para la Revolución Industrial Productiva (Finpro), suman Bs 6.242 millones.
En el segundo grupo se encuentran Ecebol, Lácteosbol, Quipus, Yacana, Promiel, Huanuni, Corani, Vinto, Enatex, Envibol, Emapa, Editorial, Colquiri, BoA y la siderúrgica del Mutún.
La deuda de estas firmas con el BCB es significativa, ya que representa el 14,63% del Producto Interno Bruto (PIB), dijo el economista Germán Molina.
Y este monto se ha ido aumentando. En los últimos ocho años, el saldo de la deuda de las empresas públicas con el BCB se incrementó un 142%, al pasar de $us 2.540 millones a 6.148 millones.
Estas empresas no son ajenas al contexto adverso que vivió Bolivia y el mundo, principalmente en 2020.
Reprogramaciones
En el último Informe de Política Monetaria del BCB se detalla que hasta junio de este año se difirieron o reprogramaron Bs 2.154 millones en pagos de capital e intereses que debían hacer seis empresas estatales. ENDE difirió el pago de Bs 131,8 millones, mientras que las reprogramaciones las hicieron YPFB (Bs 1.116 millones), YLB (Bs 523,9 millones), Easba (Bs 267,1 millones), otra vez ENDE (Bs 113,1 millones) y EBIH (Bs 2,5 millones).
“La creación de empresas estatales insolventes se ha constituido en un elevado costo de oportunidad, dada las carencias, especialmente en infraestructura y servicios que padece el país. Este costo se prolongará en el futuro sobre los ingresos tributarios, cuando haya que pagar los créditos del despilfarro”, sostuvo Henry Oporto de Fundación Milenio.
Acotó que una tarea difícil e importante será determinar qué hacer con las empresas quebradas o que vayan a quebrar. “Independiente de lo que se haga, no se puede soslayar la responsabilidad de las autoridades que con sus decisiones dieron origen a estos problemas”, subrayó.
A su vez, el economista Roger Banegas indicó que el financiamiento para empresas públicas intensivas en capital, como ENDE y YPFB, “es la explicación fundamental de la situación delicada de las reservas internacionales netas (RIN) del país”.
Estas empresas —como lo hacen otras en el mundo— deberían financiarse en el mercado de capitales, no en las arcas del Estado. Sin embargo, esto no es posible, ya que la mayoría de ellas registra pérdidas.
“Si omitimos ENDE y YPFB, el resultado global es deficitario” y las deudas públicas tomarán décadas en recuperarse”, indica el economista Roger Banegas.
En un informe de Fundación Milenio se sostiene que las empresas estratégicas de Bolivia operan en sectores en los que sus competidores extranjeros deben recurrir a mercados bursátiles o a bancos para financiar sus emprendimientos, lo que les obliga a ser transparentes.
26 de septiembre de 2022
Fuente: Los Tiempos