El anuncio del Gobierno de que este año las empresas deberán pagar un 14.° salario tiene aún confundidos a empresarios y beneficiarios, pues para muchos no está claro cómo se hará efectivo. La iniciativa para que una porción sea pagada en especie, con la que trabajen los empresarios, ha aumentado la confusión. A 40 días de fin de año, nadie parece seguro de si el beneficio vendría en dinero contante y sonante o en zapatos, confecciones, boletos para el cine, vales de transporte, de comidas, alojamiento, ebanistería y lo que el empleador esté en condiciones de entregar. El gestor del segundo aguinaldo tampoco lo sabe. Pero algunas realidades han sido expuestas y podrán servir de antecedente para futuras tentativas de crear beneficios salariales extraordinarios.
Por ejemplo, dice Fundación Milenio que los beneficiarios serían poco menos del 15% de la población económicamente activa, de acuerdo a los datos de 2017. Eso equivale a 798.000 empleados, con mitades casi iguales para los sectores público y privado. Unos cinco millones, que no figuran en planillas ni oficiales ni privadas, estarían al margen. Serían los que nada recibirían.
Si la intención era generar simpatías para el Gobierno ante las elecciones generales del próximo año, habrá por lo menos cinco millones de electores para los que el anuncio no representa nada y a los que el esfuerzo de las finanzas nacionales (ED, 11-X) que se traducirá en unos 6.000 millones de bolivianos, nada les dirá. El eventual beneficio podría venir solo de manera indirecta, del impacto de la nueva masa circulante sobre la economía en general.
De momento, las organizaciones sindicales, los empresarios y el Gobierno están enfrascados en determinar cómo se pagaría el nuevo salario. La COB ha anticipado que lo quiere en efectivo sobre la totalidad del salario mensual y de un solo envión. El Gobierno, que parece empezar a percibir que pronto puede tener más complicaciones que beneficios políticos, es partidario de parcelar el beneficio que decretó: solo la mitad en efectivo y en parcelas. El resto sería cubierto en plazos (“cómodos plazos”, dijo un ministro) y/o en especie. A ese ritmo, existe el riesgo de que el sueldo 14 de 2018 aún se esté pagando al momento de tener que desembolsar recursos para la misma obligación en 2019. Sería como decir: paguen como puedan, con lo que puedan y hasta que puedan.
A la postura de la COB, que expresa intereses laborales del sector minero en particular, los empresarios han replicado que resultaría absurdo que para beneficiar a un puñado con salarios de 20.000 o más bolivianos al mes, se comprometan esfuerzos que para el conjunto de la economía resultarían insostenibles.
26 de diciembre de 2018
Fuente: El Deber