El BCB ratificó lo expresado en la Decisión de Ejecución del Programa Fiscal-Financiero 2019, firmado en febrero entre el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas y el ente emisor, el tipo de cambio se mantendrá estable este año.
El tipo de cambio fijo (vigente en el país desde 2011) tiene dos implicaciones importantes en la economía del país, afirma Henry Oporto, economista y director de la Fundación Milenio. Por una parte, deteriora la competitividad de la producción boliviana.
“Esa pérdida de competitividad se advierte en el hecho de que los productos bolivianos de exportación, sobre todo los no tradicionales, se encaren en los mercados externos. Además, los productos nacionales en el mercado interno pierden espacio frente a los extranjeros, que cada vez están más baratos”, explicó el experto a tiempo de presentar anoche en La Paz el Informe de Milenio sobre la Economía de Bolivia.
Por otra parte, el tipo de cambio fijo, al apreciar la moneda nacional en aproximadamente un 30%, ocasiona que el dólar sea barato para las importaciones.
“No es casualidad que el mercado boliviano esté repleto de productos extranjeros. Hay una avalancha de importaciones porque nuestro dólar es barato. Muchas de esas compras son legales, pero otras son de contrabando. Esto hace que la economía boliviana sufra por doble partida”, dijo.
Ante esta situación, a decir del economista, surge la pregunta: ¿hasta cuándo se puede sostener este dólar barato, que es una consecuencia del tipo de cambio fijo?
En ese sentido, el informe de la Fundación Milenio propone flexibilizar el tipo de cambio, aunque sea de forma gradual, progresiva y calculada, con el objetivo de devolver este instrumento al arsenal de políticas de las que pueden disponer las autoridades monetarias.
Esto para evitar efectos negativos como causar incertidumbre en el público y provocar expectativas capaces de desencadenar una corrida hacia el dólar o un ataque especulativo contra la moneda.
Y es que, de no darse una flexibilización gradual del dólar, según Jorge Akamine, presidente del Colegio de Economistas de Bolivia, se afectaría la economía de las personas, quienes en la mayoría de los casos (estima un 98%) tienen sus ahorros en bolivianos.
Por otra parte, dice el analista, que afectaría la cartera de los bancos y al sistema financiero. Además, si se produce un cambio brusco, traería consigo una inflación mayor a los dos dígitos.
Por su parte, el economista Abraham Pérez considera que flexibilizar el tipo de cambio no es una medida acertada.
Para defender su postura, Pérez pone como ejemplo las experiencias vividas en países vecinos como Argentina. “El sistema flexible está sujeto a lo que sucede con el dólar a escala mundial y regional. Cuando se fortalece, automáticamente las monedas se devalúan y cuando se debilita, instantáneamente se aprecian. Pero es un movimiento inútil que lo único que ha ocasionado es que sus bancos centrales recojan dinero y suban sus tasas de interés”, dijo.
Sin cambios, por el momento
El DEBER se contactó con el Ministerio de Economía para conocer su postura sobre el tema, pero respondieron que la política monetaria le concierne al Banco Central de Bolivia (BCB).
El ente emisor ratificó lo expresado en la Decisión de Ejecución del Programa Fiscal-Financiero 2019 firmado en febrero de 2019 entre el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas y el ente emisor: el tipo de cambio se mantendrá estable este año.
Asimismo, cabe recordar que, en febrero, el ministro de Economía, Luis Arce, dijo que: “salvo, por supuesto, que pudiera haber algún efecto muy fuerte y que amerite una modificación de la política cambiaria en los siguientes meses, mantendríamos estable el tipo de cambio en Bs 6,86 con un margen que oscila en 10 puntos, que usualmente lo que nosotros pensamos máximo lo que podríamos mover en 2019”.
Comportamiento de divisas
El stock de las divisas de las reservas internacionales netas en el BCB registró una caída desde poco más de $us 15.000 millones en 2014, a $us 8.117 millones hasta el presente mes, según refiere Netco Analysis Group.
De acuerdo con Akamine, estos datos demuestran que hay una menor cantidad de dólares que respaldan a la masa monetaria nacional. “La teoría señala que se deberían tener sobre el circulante el respaldo en dólares. Si, por ejemplo, se tienen Bs 1.000 millones en la economía, en las reservas hay que tener por lo menos $us 676 millones. Sin embargo, esa teoría aplica en las economías dolarizadas, con la bolivianización no tendría una incidencia real en el corto plazo”, dijo.
En ese sentido, la Fundación Milenio recuerda que las reservas alcanzaron su máximo nivel en noviembre de 2014, con $us 15.478 millones, para desde entonces registrar una caída persistente, situándose en $us 8.253 millones a fines de mayo de 2018.
Pero, en realidad, esta medida subestima la salida de las reservas. Los Activos Externos Netos alcanzaron su mayor nivel de $us 19.098 millones en agosto de 2014. Posteriormente, cayeron hasta situarse el mes de mayo de 2019 en $us 9.834 millones; una reducción de $us 9.264 millones.
Clamor sectorial
La Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia viene pidiendo que se flexibilice el tipo de cambio desde hace cinco años.
“Es un crimen lo que se está haciendo con el tipo de cambio. El cambio nominal para el dólar en Bolivia debería estar en el orden de los Bs 10 o Bs 11, eso lo dicen todos los estudios al respecto”, dijo Gonzalo Molina, titular de la entidad.
A decir de Molina, mantener el tipo de cambio que rige en el país hizo que se generen menos condiciones para poder exportar los productos bolivianos y que la balanza comercial sea negativa. Además, no existen razones técnicas para mantener la medida.
Por su parte, Peréz sostiene que el tipo de cambio fijo también beneficia al sector exportador.
“Para producir sus artículos importan bienes del exterior, si se devalúa la moneda esas compras se encarecerán y eso implica subida de costos, que será trasladada a los consumidores”, manifestó.
Alternativas y pesimismo
A decir de Akamine, se podría aplicar un tipo de cambio diferenciado, siempre que se haga un análisis profundo del impacto que esa medida tendría.
Para disminuir los efectos negativos de una devaluación, el experto sugiere fortalecer la producción industrial del país y buscar nuevos mercados para exportar, como se está haciendo con el tema de la carne bovina.
El economista Mauricio Ríos Garcia vaticina un panorama desalentador relacionado con el tipo de cambio. “Es más probable que suceda que poco a poco dejen de reportar cifras confiables (las autoridades), lo que promovería la creación de un mercado negro de dólares al estilo ‘dólar blue’ en Argentina”, sostiene.
Pérdida de reservas
Como puede deducirse de los últimos índices que presenta el país, según la Fundación Milenio, la caída en los ingresos de exportación, -ante todo por los menores volúmenes de exportación de gas natural- tendrían efectos negativos en el desempeño de la economía (debilitamiento en el ritmo de crecimiento).
Además, y en ausencia de medidas de ajuste fiscal y cambiario (el patrón actual de política económica), habría un mayor déficit externo y fiscal, se aceleraría la pérdida de reservas y subiría la tasa de endeudamiento público.
Con estas tendencias, lo que se dibuja es un escenario potencialmente crítico, ya que para 2022, el nivel de reservas internacionales caería a $us 1.360 millones.
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