El nuevo informe económico 2019 recomienda un ajuste fiscal más profundo y una política más agresiva de endeudamiento.
Entre noviembre de 2014 y agosto de 2019, es decir, en menos de cinco años, las reservas internacionales netas (RIN) del país se redujeron en $us 7.361 millones. Al respecto, el “Informe de Milenio sobre la Economía de Bolivia 2019. No. 41”, presentado el miércoles en La Paz, identifica un escenario crítico al proyectar que hasta 2022, las RIN podrían caer a unos exiguos $us 1.360 millones.
En noviembre de 2014, las RIN alcanzaron su nivel máximo, con $us 15.478 millones, en tanto que cuatro años y nueve meses después, al 16 de agosto de 2019, según una información del Banco Central de Bolivia (BCB), cayeron a su nivel mínimo hasta ahora: $us 8.117 millones.
El año pasado (2018) cerró con $us 8.946 millones de RIN, es decir que entre enero y mediados de agosto de 2019 las reservas disminuyeron en $us 832 millones. En febrero pasado, el Ministerio de Economía y el BCB anunciaron que para este año se ha programado una reducción de las RIN de $us 1.200 millones.
EL INFORME Y LAS RIN
Las fundaciones Milenio y Vicente Pazos Kanki presentaron el referido Informe, que fue elaborado por los investigadores José Luis Evia y Luis Carlos Jemio. En ese documento, según lo anunciado por el director de Milenio, Henry Oporto, se analiza el estado económico del país sobre la base de información de 2018 y parcialmente de 2019.
Entre las razones del descenso de las RIN, en un acápite subtitulado “Crecimiento por el lado del gasto”, se menciona que “…el gobierno ha mantenido altas tasas de crecimiento en el gasto público para evitar la desaceleración de la economía. Esto explica el aumento del déficit del Gobierno General. Pero esta política no es sostenible, ya que, para financiar este gasto, se ha recurrido a un mayor endeudamiento externo e interno, lo que también ha generado una pérdida significativa de las reservas internacionales”.
La caída de las RIN, en dicho Informe, se explica también por la base monetaria. “Cuando la demanda de dinero se incrementa, la mayor oferta de dinero se acomoda sin generar mayores presiones sobre el nivel de precios o las Reservas Internacionales Netas (RIN). Pero si la demanda de dinero ya no crece, o las tasas de crecimiento son menores a las tasas de crecimiento de la oferta de dinero, la mayor oferta de dinero debe acomodarse reduciendo las RIN o incrementando los precios. En el caso boliviano, con un tipo de cambio fijo, son las RIN las que tienden a reducirse”.
PROYECCIONES
Entre las proyecciones macroeconómicas de Milenio, las RIN no dejan de caer. Si fueron $us 10.260,6 millones en 2017 y $us 8.946,4 millones en 2018, para este fin de año estima que serán de 6.990,0, para 2020 de 5.174,8, para 2021 de 3.287,9 y, finalmente, para 2022 de apenas 1.360,9 millones de dólares.
“Como puede deducirse de los resultados obtenidos, la caída en los ingresos de exportación –ante todo por los menores volúmenes de exportación de gas natural– tendría efectos negativos en el desempeño de la economía, particularmente un debilitamiento en el ritmo de crecimiento. Además, y en ausencia de medidas de ajuste fiscal y cambiario (el patrón actual de política económica), habría un mayor déficit externo y fiscal, se aceleraría la pérdida de reservas internacionales y subiría la tasa de endeudamiento del sector público”, señala el documento.
Entonces, proyecta que “…lo que se dibuja es un escenario potencialmente crítico, ya que para 2022, el nivel de reservas internacionales caería a $us 1.360 millones. Y no solo eso: puesto que las reservas en oro alcanzan a casi $us 1.900 millones, las reservas en divisas serían negativas”.
Pero luego, morigera: “…lo que atenúa el impacto de esa situación imaginada, es que, dado el nivel de endeudamiento externo moderado (un supuesto adoptado en este ejercicio), la relación Deuda Pública Externa/PIB se situaría en un nivel de 27,6 por ciento, para el año 2022, que, en principio, es manejable”.
Recomendación de Milenio para evitar más caídas
La Fundación Milenio plantea un escenario alternativo, a manera de recomendación.
En la parte final de su informe, dice lo siguiente:
“Habida cuenta lo anterior, un escenario alternativo, de suyo más viable y sostenible, requeriría de un ajuste fiscal más profundo, complementado con una política más agresiva de endeudamiento externo (en la medida en que esto sea posible). Una combinación de este tipo de políticas, redundaría en una reducción del déficit externo y fiscal más rápida, de modo que hacia el 2022 se estaría llegando con un mayor nivel de reservas internacionales. Desde luego, el coeficiente Deuda Externa/PIB sería mayor, aunque no sobrepasaría el 35 por ciento para ese mismo año (2022). Finalmente, habría un menor desplazamiento (‘crowding-out’) del sector privado, y probablemente un crecimiento del PIB más alto, que además se reflejaría en una menor tasa de desempleo”.
Medida sugerida
Medidas fiscales, como una disminución moderada del gasto corriente, eliminando los gastos superfluos, o como la detención en seco del crecimiento de la inversión pública, junto a una mejora sustancial de su calidad.
1 de septiembre de 2019
Fuente: Correo del Sur
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