Otra vez los grandilocuentes anuncios están lejos de posarse en la realidad. Un reciente informe de un estudio pormenorizado de la Fundación Solón, a la asociación de la empresa estratégica Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) con la empresa alemana ACI System y su subsidiaria boliviana ACISA, para una inversión de 1.300 millones de dólares y producir baterías de litio “made in Bolivia”, revela 10 debilidades que en el fondo son adversas a los intereses nacionales.
Los mismos tienen que ver, desde una concesión por 70 años de vigencia de un contrato, pasando por la escasa inversión de la firma alemana, hasta convertir a YLB en una labor subalterna de solo proveedor de materia prima.
Entendido así, los anuncios gubernamentales de que Bolivia estaría a punto de convertirse en la meca de la industrialización del litio en el mundo están lejos de ser tal revela el análisis que hace la Fundación Solón. «La industrialización del litio en Bolivia se ha vuelto un verdadero rompecabezas en el que es difícil separar la paja del trigo, es decir, separar la realidad de los discursos del gobierno», apunta.
En cambio, la fundación Milenio, en otra consideración sobre el tema y ante la escasa información sobre los pormenores del proyecto de industrialización luego de mas de 10 años de experiencia en fase piloto, señala que la asociación con la firma alemana, con una inversión de $us 1.300 millones, en una especie de joint venture (riesgo compartido), » podría ser reflejo de los modestos resultados de la fase piloto del proyecto». «Son las incertezas de un proyecto del que en verdad se sabe muy poco», refiere.
El Día, en su intento por conseguir una respuesta a acudió a Luis Alberto Echazú, viceministro de Altas Tecnologías y cabeza del sector. La respuesta fue de escasa a nula ante los cuestionamientos que plantea la fundación Solón y las incertidumbres reflejadas por su similar de Milenio.
Las 10 señales en análisis. Según el Decreto Supremo 3738 del 7 de diciembre de 2018, que crea la empresa mixta YLB-ACISA, el gobierno boliviano anunció que dicha asociación con la firma alemana, permitiría instalar cuatro plantas en el salar de Uyuni: hidróxido de litio, hidróxido de magnesio, materiales catódicos y baterías de litio y al final para producir entre 300.000 a 400.000 baterías de ion litio en Bolivia.
Ese contexto, debido a las diferentes declaraciones de altas autoridades del gobierno central y las autoridades del sector y la gerencia de YLB, señala el análisis de la Fundación Solón, no asegura la construcción de una planta para producir 300.000 a 400.000 baterías al año. Por el momento sólo está garantizada la construcción de una planta de hidróxido de litio. En tanto, las plantas de hidróxido de magnesio y baterías de litio tienen un futuro incierto.
La segunda observación tiene que ver con el destino que correra el proceso del litio, donde el 82,7% de su producción irá para la exportación y establece que sólo el 17,3% se quedará en Bolivia para la planta de materiales catódicos que aún no está constituida. Ahí surge otra contradicción: con esos datos se descarta que Bolivia sería el gran productor de baterías de litio. » Por un lado, le entrega el control de toda la salmuera residual y remanente del salar de Uyuni y, por otro lado, le concede el derecho de exportar el 82,7% de su producción», señala el análisis de Solón.
La tercera observación y preocupación país a la vez, es que el gobierno boliviano, le otorga una vigencia de 70 años al contrato con la firma alemana, constituyéndose en uno de los más largos en la historia de la explotación e industrialización del litio en Sudamérica. Asimismo, se menciona que la empresa alemana tendrá acceso durante 70 años a un total de, como mínimo, 126 millones de toneladas de salmuera residual, equivalente a 1,8 millones de toneladas al año. «Esta modalidad de asociación acaba siendo más ventajosa para la empresa extranjera, ya que a título de ser socia tiene acceso por 70 años a un yacimiento del llamado oro blanco del siglo XXI», cita el estudio de Solón.
La cuarta preocupación es que se otorga a la empresa alemana acceso a precio de costo a toda la salmuera residual, que es más atractiva que la salmuera sin procesar que está bajo la ‘costra salina’, lo cual deja en entredicho la soberanía del país sobre los recursos naturales que se explota.
En términos de inversión extranjera. Es la quinta observación que hace la Fundación Solón. Se reduce la “inversión alemana” a un crédito de 255 millones de dólares, donde YLB será responsable en un 51% y ACISA en un 49%. Hasta diciembre de 2018 el aporte propio de ACISA fue de sólo 739.396 dólares y hasta fines de 2021 llegaría a los $us 22 millones de dólares.
«En síntesis, ACISA apalancará créditos, venderá acciones y transferirá las utilidades de un jugoso negocio en el que realmente invertirá muy poco dinero de su propio bolsillo», argumenta Solón en su análisis al dejar al aíre el cuestionamiento de que se desconoce cuánto será la rentabilidad a las pocas inversiones de la firma Alemana.
Sin embargo, como la septima preocupación, se anota que el crédito de 255 millones de dólares será apalancado por la banca privada o pública, títulos valores crediticios y cualquier otro instrumento financiero.
Es decir: » de los 300 millones de dólares que costaría la planta de hidróxido de litio, serían financiados
y no constituirían un aporte de capital comprometido de los dos socios de la empresa mixta».
En cambio la octava preocupación es que se otorga derechos exclusivos de venta y comercialización dentro de Europa y establece que YLB no puede vender ni comercializar ningún producto de su cadena de producción en Europa, si no es a través de la empresa mixta YLB-ACISA.Entre otros aspectos inherentes, refiere la fundación Solón, cualquier otra exportación procedente del Salar de Coipasa o de Pasto Grande hacia Europa lo podrá hacer YLB sola. El analisis, anota mencionando que la empresa alemana se vanagloria en un comunicado público: “Por primera vez en décadas, Alemania se ha asegurado el acceso directo a materias primas no nacionales”.
Dos aspectos finales. La novena preocupación refiere a que el análisis de la Fundación Solón, establece que seguirá siendo de su propiedad la tecnología que supuestamente tendría ACISA para obtener hidróxido de litio de alto rendimiento, a partir de la salmuera residual con alto contenido en magnesio. «La tecnología que ya ha desarrollado ACISA, como ser el “proceso único” que menciona en su sitio web, seguirá siendo de su propiedad mientras las nuevas tecnologías que desarrolle la empresa mixta YLB-ACISA será de propiedad de ambas. La empresa YLB-ACISA tendrá derecho de uso sobre el “proceso único” pero no será dueña del mismo», precisa el informe.
Finalmente, como décima preocupación, la Fundación Solón, enfatiza que la socia mayoritaria (YLB) no podrá adoptar ninguna decisión sustantiva sin la aprobación de la socia minoritaria (ACISA).»En síntesis, gracias al contrato con YLB una pequeña empresa alemana, con poca capacidad de inversión propia, limitada capacidad tecnológica y escasa experiencia en comercialización de litio, obtiene acceso por 70 años a recursos naturales procesados, al monopolio del mercado en Europa y a importantes fuentes de financiamiento y utilidades», finaliza.
18 de agosto de 2019
Fuente: El Día
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