Participación china en Bolivia-Evan Ellis

En octubre de 2015, el Presidente Evo Morales de Bolivia anunció una expansión sin precedentes de apoyo financiero y relación económica con la República Popular China (RPC). El Banco de Exportación-Importación de China había acordado suministrar US$7.5 mil millones en préstamos para financiar 11 “proyectos estratégicos” contemplados en el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Global de 2016-2020 de Bolivia, con el trabajo que van a efectuar las compañías chinas. Entretanto, la deuda nacional de Bolivia sería más del doble y ascendería a US$13 mil millones.

El anuncio fue la culminación de una relación creciente entre China y Bolivia que ha empezado a dar fruto, especialmente compras de productos chinos, y el trabajo de compañías de construcción chinas para el estado boliviano. La relación entre China y Bolivia no se ha desarrollado siempre tan rápidamente. A partir del conflicto de 2003 sobre la exportación de gas boliviano, hasta la resolución de la crisis constitucional de Bolivia en enero de 2009, la falta de estabilidad en el país supuso un obstáculo para el gobierno boliviano y dio que pensar a su pretendiente chino.

El futuro de la relación de Bolivia con la RPC es de importancia estratégica para Latinoamérica. El país está en el centro geográfico del continente sudamericano, formando un puente entre naciones asomadas al Pacífico, como Perú y Chile, y Brasil al este. También ocupa una posición estratégica políticamente. El colapso de Venezuela, el acercamiento de Cuba a Estados Unidos, y la elección del gobierno de centro derecha de Mauricio Macri en Argentina ha aumentado la importancia de Bolivia como uno de los pocos proponentes que quedan del socialismo populista. Por ello, su comportamiento influirá en la efectividad de organizaciones multilaterales como la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en que el Presidente Morales de Bolivia compite con el Presidente de Honduras Juan Orlando Hernández para ocupar la presidencia rotativa en 2017. De hecho, algunos en Bolivia creen que pronto llegará el momento de formar parte temporalmente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

No se ha publicado casi nada de carácter académico en cuanto a la relación entre la RPC y Bolivia. De hecho, Bolivia se omite normalmente incluso en aquellos tomos recopilados en las relaciones entre China y Latinoamérica que contienen capítulos de estudios de países.

Dos de los pocos ejemplos de los trabajos académicos sobre China y Latinoamérica que incluyen un análisis especial de la relación son “Bolivia and China: Indirect Relations in a Global Market” (Bolivia y China: Relaciones indirectas en un mercado global), de Pablo Poveda, y una sección dedicada a la obra de 2009 titulada China in Latin America: The What’s and Wherefores (China en Latinoamérica: los qués y los porqués). Ambas obras, aunque útiles, se están quedado cada vez más desactualizadas, a la luz de la rápida expansión de las actividades chinas en el país.

El artículo actual trata de llenar ese vacío. Examina la relación en evolución entre Bolivia y
China en diez áreas:

• interacciones políticas e institucionales;
• la comunidad china en Bolivia;
• la relación comercial;
• la infraestructura intelectual en Bolivia para relacionarse con la RPC;
• proyectos y propuestas chinas en el sector petrolero de Bolivia; y
• actividades relacionadas en minería, construcción, manufactura, telecomunicaciones y espaciales, y cooperación militar.

El trabajo concluye examinando las implicaciones del patrón observado de participación para Bolivia y la región.

Dr. R. Evan Ellis, PhD

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