No obstante de no disponer de información sobre el crecimiento del PIB correspondiente al primer trimestre del 2007, la información sectorial disponible permite inferir que el nivel de producto, respecto al mismo periodo del 2006, habría disminuido. El fundamento para esta percepción es lo ocurrido en los sectores claves de la economía, como son la agricultura y ganadería, hidrocarburos y minería.
En el primer trimestre del año en curso, el impacto negativo de El Niño ocasionó pérdidas importantes en las actividades de la agricultura y la ganadería. Regionalmente el efecto mayor fue en los llanos. La producción agropecuaria de Santa Cruz, en la campaña de verano, bajó fuertemente y la pérdida de ganado en el Beni fue significativa. En los hidrocarburos, se constata el descenso de la producción de petróleo y de gas natural debido a la baja inversión en el sector. En la minería de los cuatro minerales importantes, solamente en el zinc se advierte un leve crecimiento, más cercano al estancamiento, mientras que en la plata, estaño y oro la producción disminuyó fuertemente. La situación de estos tres sectores impactó negativamente en los volúmenes exportados de los principales productos de exportación.
Simultáneamente debido al incremento de las reservas internacionales, el aumento de la base monetaria, que se inició a mediados del 2005, comenzó a presionar a los precios. La disminución de la capacidad productiva de la agricultura y ganadería, el incremento en el precio del pan, en razón al aumento en el precio internacional del trigo, constituyen factores que estimulan las presiones inflacionarias.
En síntesis parece estar gestándose una contracción productiva junto a presiones inflacionarias aún relativamente débiles, combinación por demás peligrosa para cualquier economía sí es que la situación no cambia.
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