Precios, mercado y la localización de la flamante planta de producción de urea y amoniaco fueron objeto de análisis de dos prestigiosos especialistas en materia petrolera, quienes manifestaron criterios coincidentes en torno a las operaciones del proyecto inaugurado hace poco por el presidente Evo Morales y que demandó la millonaria inversión de $us 953 millones de dólares.
Carlos Miranda y Hugo del Granado advirtieron, por separado, que resulta preocupante que la planta no tenga mercados de exportación. Asimismo, expresaron sus dudas acerca de la rentabilidad del proyecto cuando los precios internacionales están deprimidos. Ambos criticaron también la localización de la planta, que se encuentra a 300 kilómetros de la frontera con Brasil, que puede ser el mercado de la urea y amoniaco o servir de tránsito para exportarla allende el océano Atlántico.
LOCALIZACIÓN
Miranda, en reciente artículo que difundió, sostuvo que “si el destino del 90% de la producción de la planta es para exportación, hasta ahora, no tiene ningún sentido que en vez de poner la planta en Puerto Suárez, para abastecer al Brasil, que es uno de los mayores importadores de urea en el mundo, instalemos la planta a más de 300 kilómetros de la frontera”.
Según sostuvo, la planta debía estar concluida en 2015, pero ha sido entregada, con casi tres años de atraso, porque el suelo del Chapare no es apropiado para instalaciones de maquinarias pesadas y la construcción de la misma tropezó con grandes dificultades.
FUNDACIÓN MILENIO
Un informe de la Fundación Milenio coincidió con las opiniones de Miranda y señaló que la decisión lógica habría sido instalar la planta de urea y amoniaco en las cercanías de la frontera con Brasil
“Empero, fuera de toda racionalidad técnica, el proyecto fue ubicado en la región del Chapare, lejos de los mercados de exportación y sin contar con las vías de comunicación para el transporte masivo de su producción”, dijo la Fundación en una de sus recientes publicaciones, citando opiniones del especialista Hugo del Granado.
Milenio indicó que se pasó por alto el hecho de que actualmente los gasoductos de exportación llegan hasta las fronteras con Brasil y Argentina y que, por tanto, resultaría más barato transportar gas que un producto sólido como la urea.
TERRENO
Adicionalmente, en el proceso de construcción se ha verificado que la localización elegida tiene problemas climáticos y de calidad de los suelos, factores que habrían elevado el monto de la inversión inicial indicó Del Granado.
“Para todos nosotros, la decisión de ubicar la planta en Bulo Bulo sigue siendo un misterio. Los extraños están sorprendidos y azorados que Bolivia instale su primera planta de fertilizantes lejos de su mercado de exportación y en el medio del área caracterizada por la producción de coca con destino a la cocaína”, puntualizó Miranda, en su artículo de opinión aparecido en varios medios impresos del país.
TRANSPORTE
En relación al transporte de la urea hasta los mercados de exportación, Miranda señaló que el problema trató de ser solucionado con la construcción de un ferrocarril de Bulo Bulo a Montero, para conectar con el ferrocarril hacia Brasil y Argentina. “En este proyecto, lamentablemente, además, tenemos un cuento chino, porque la empresa constructora china ha abandonado nuestro país, birlándonos unas decenas de millones de dólares”.
PRECIOS Y MERCADOS
Miranda fue explícito al señalar que hasta la fecha la planta no tiene mercados de exportación asegurados.
El precio de la urea en el mercado mundial tiene un comportamiento fluctuante, con tendencia a la baja en los últimos cinco años. De hecho, los precios han estado deprimidos desde 2012, debido al amplio suministro de varias fuentes de producción, además de la crisis de precios del petróleo, que ha impactado a todos los derivados del petróleo y del gas natural sostuvo Del Granado en la publicación de Milenio.
INVERSIONES Y RENTABILIDAD
El analista petrolero Carlos Miranda recordó que después de ocho años de creación de la Empresa Boliviana de Industrialización de Hidrocarburos (EBIH) en la Constitución de 2009, solo se tiene una planta de amoniaco – urea en el Chapare, fruto de una decisión política del Gobierno.
“Esa decisión ha atrasado la puesta en marcha del proyecto por más de tres años, elevando la inversión de 650 millones de dólares a más de 800 millones. No se tienen mercados asegurados para la urea ni el amoniaco. Por los altos costos que tendrá el poner el producto en los mercados de exportación, la rentabilidad de la planta es muy dudosa”, incidió el especialista.
OPERACIÓN
Miranda calificó de excelente el proyecto petroquímico en Bolivia, pero advirtió que si la planta de Bulo Bulo no es manejada correctamente, en vez de brindar grandes beneficios, puede convertirse en la fuente de grandes problemas. El exgerente de YPFB, Saúl Escalera, al respecto señaló que en Bolivia existen recursos humanos especializados en petroquímica y sugirió al Gobierno contratar al futuro personal formado en las universidades con estudios de post grado. La planta se apresta a producir, pero con personal de la transnacional Samsung.
7 de octubre de 2017
Fuente: El Diario
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