El crecimiento en Bolivia históricamente ha dependido de su sector exportador, y ante todo de la exportación de materias primas. Los periodos de bonanza y crisis de productos extractivos en los mercados internacionales, han determinado los ciclos de la economía en su conjunto. Es importante, pues, entender cuál es la estructura del sector exportador en el país. La Tabla 1 presenta a los sectores de actividad de la economía agrupados de acuerdo a la orientación de su producción, entre el mercado exportador y el mercado interno, con base en los datos disponibles para el año 2017.
Los sectores cuya producción se orientada primordialmente a las exportaciones son la manufactura, hidrocarburos y minería (81.6%). La mayor parte del producto de estos sectores es destinado a las exportaciones. La tabla 1 muestra que la relación exportaciones-PIB sectorial en el caso de los hidrocarburos es de 97.4%, 81.6% para la minería y 73.6% para la manufactura. Los sectores de transporte, almacenamiento & comunicaciones, y agropecuario han sido clasificados como sectores orientados al mercado interno, ya que en el caso del primero el coeficiente exportaciones-PIB sectorial es de 35.6% y en el segundo de solo 10.5%, lo que evidencia que la mayor parte de la producción de este sector es destinada al mercado interno.
Concentración del empleo
El crecimiento basado en las exportaciones de materias primas, ha generado una estructura económica distorsionada y sesgada en Bolivia, y que además no promueve el funcionamiento eficiente del mercado laboral. El empleo está concentrado en actividades de baja productividad e ingresos, principalmente en sectores productores de bienes no-transables, donde existe una elevada incidencia de pobreza entre los trabajadores, como es el caso notable del comercio y otros servicios informales, amén de la agricultura tradicional, que, por sus características, está totalmente volcada al mercado interno. Así pues, el patrón de crecimiento de la economía boliviana produce brechas de productividad entre los diferentes sectores, e incluso al interior de los mismos.
La Tabla 2 muestra que los sectores orientados al mercado interno, tienden a ser más intensivos en empleo que los sectores que orientan su producción a las exportaciones. En promedio, los sectores orientados al mercado interno utilizan 196 trabajadores para producir US$ 1 millón de PIB corriente en 2017, mientas que los sectores exportadores solo requieren 78 trabajadores. Es posible observar, también, que existen amplias diferencias entre los sectores al interior de los dos grupos. En los sectores orientados al mercado interno, hay actividades intensivas en empleo (construcción, servicios, agropecuario, restaurant & hoteles, y comercio), mientras que otras actividades no son intensivas en empleo (servicios financieros, administración pública, y electricidad y gas).
En el grupo de sectores orientados a las exportaciones, también se observan diferencias de intensidad de mano de obra. La manufactura es relativamente intensiva en empleo, mientras que la minería y los hidrocarburos son poco intensivos en mano de obra. Los sectores orientados a los mercados locales concentran el 88.6% del empleo, siendo el sector agropecuario (30.3%), el comercio (16.3%) y los servicios sociales, comunales y personales (11.9%), los que tienen una mayor participación en el empleo. Los sectores exportadores, por su parte, concentran el 11.4% de la población ocupada, siendo la manufactura (10%) la que tiene una mayor participación en la generación de empleo. La participación de los sectores extractivos, minería e hidrocarburos, solamente genera un 1.4% de la población ocupada.
Productividad laboral sectorial
Los sectores volcados a los mercados locales tienen una participación también alta en la generación de producto (75.5% del total del PIB), siendo los servicios de administración pública (17.8%), el sector agropecuario (13.4%) y el transporte, almacenamiento & comunicaciones (10.7%) los que más aportan al PIB. Los sectores exportadores participan con 24.5% del PIB, de los cuales la minería e hidrocarburos aportan con 12.4% del producto y la manufactura con 12.1%.
Al mismo tiempo, los sectores endógenos presentan un nivel de productividad en la mano de obra de solo US$ 5.1 mil por trabajador, mientras que en los sectores exportadores la productividad laboral es de US$ 12.9 mil. También existen diferencias significativas en los niveles de productividad al interior de estos dos sectores. Así, los servicios financieros (US$ 40.5 mil), servicios de la administración pública (US$ 38.1 mil), y electricidad, gas & agua (US$ 29.5 mil) presentan mayores niveles de productividad, mientras que, entre los exportadores, las actividades mineras y de hidrocarburos (US$ 53.1 mil) registran los niveles de productividad más elevados.
Diferencias de ingresos laborales
Las diferencias de productividad se traducen en diferencias de ingresos laborales. En los sectores volcados al mercado interno el ingreso promedio anual por trabajador es de US$ 4.3 mil por trabajador, mientras que en los sectores exportadores el ingreso laboral promedio anual llega a US$ 5.3 mil por trabajador. Entre los primeros, el ingreso promedio es un 85.1% de la productividad laboral promedio, mientras que, en el sector de transables, el ingreso laboral promedio es solamente un 41% de la productividad. Esto se explica porque las actividades exportadoras son más intensivas en capital; por el contrario, las actividades de no-transables son poco intensivas en capital, y con una mayor proporción de la productividad remunerando el factor trabajo.
Como se puede apreciar, el patrón de crecimiento económico ha resultado en una estructura productiva y de empleo altamente segmentada, con diferencias sustanciales de productividad e ingresos entre trabajadores de los sectores de no-transables y transables, pero también al interior de estos dos grupos de sectores. De hecho, al interior de los dos grupos de sectores analizados, existen grandes diferencias de productividad e ingresos entre los sectores que son intensivas en empleo, versus las que son no-intensivas en empleo. Los sectores no intensivos en empleo, concentran solamente 5.6% del empleo y 38.8% del producto, por los que estos sectores presentan mayores niveles de productividad e ingresos laborales. En cambio, los sectores intensivos en empleo participaban con el 94.4% en el empleo y 61.2% del PIB, por lo que en ellos los niveles de productividad e ingresos laborales son también más bajos.
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*Para un análisis más amplio del tema, véase “Consideraciones y direcciones para una estrategia alternativa de crecimiento y desarrollo”, en el libro de Javier Cuevas/Luis Carlos Jemio/Henry Oporto: Hacia un nuevo contrato social. Propuestas para la reforma fiscal, el crecimiento diversificado y la reconstrucción democrática, Fundación Milenio, 2019.