El aspecto más sobresaliente del primer semestre del presente año fue la recuperación de los precios de las materias primas que exporta el país. Esto hizo que aún con leves incrementos en el volumen, el valor de nuestras exportaciones tradicionales se incrementara fuertemente. Si bien el valor de las exportaciones no tradicionales mostró también un pequeño crecimiento, este se debió enteramente a la mejora en precios, pues los volúmenes exportados se redujeron.
Aún cuando se experimentó también un incremento en el valor de nuestras importaciones en 20.5 por ciento (explicada principalmente por el incremento de bienes intermedios, en gran parte debido al incremento del valor importado de carburantes), el superávit en balanza comercial en el primer semestre de 2010 alcanzó los US$ 783.8 millones.
El incremento en el valor de las exportaciones generó un incremento en los recursos fiscales, lo que mejoró las cuentas fiscales, que terminaron el primer semestre con un superávit de Bs. 1,900 millones. En el sector monetario se continuó la política expansiva, con una redención neta de títulos de regulación monetaria, no obstante, esta política se ha desacelerado en el segundo trimestre del año, y el Banco Central de Bolivia tiene previsto un cambio en la política monetaria en el segundo semestre del año.
La mejora en el sector externo y el impulso a la demanda por la política monetaria (y probablemente la política fiscal), han incrementado la demanda agregada. Esta mayor demanda fue cubierta por mayores importaciones, pero también por el incremento de la producción. El PIB creció en el primer trimestre en 3.3 por ciento.
El crecimiento experimentado en el primer semestre del presente año es entonces el producto de una mayor demanda externa, pero también interna. Este crecimiento dirigido por la demanda ha sido posible gracias a la holgura del sector externo (que ha permitido mayores importaciones) y el incremento de la capacidad utilizada en la economía. No obstante, la falta de dinamismo en la inversión, principalmente de la inversión extranjera.
Hay que señalar finalmente que la baja inversión combinada con una mayor demanda de bienes, tiende también a generar crecientes presiones en ciertos sectores de la economía. Tal es el caso del sector de la energía, y en especial de los hidrocarburos. La creciente demanda de líquidos y GLP, y la reducción de la producción nacional, debido a la baja inversión y el agotamiento de los campos, ha hecho que en 2010 se marque un récord en la importación de líquidos. La creciente demanda de gas natural en el país también puede en el largo plazo generar problemas, pues la política de precios para el gas natural consumido internamente, puede llegar a desincentivar la inversión en el sector.
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