Si la actual política económica del Gobierno se mantiene como ahora, con el dólar al mismo precio, con el déficit fiscal tan elevado y acudiendo a deudas externas e internas, en el año 2022 las Reservas Internacionales Netas (RIN) habrán bajado de su pico más alto de 15.478 millones de dólares (en 2014) a sólo 1.360 millones de dólares (una caída de prácticamente 92 por ciento). Además, la deuda externa representará el 27 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, y la deuda pública se duplicará de los 18 mil millones de dólares reportados en 2017 a casi 37 mil millones en 2022.
“Será una situación muy difícil de manejar (…) realmente estamos yendo hacia una crisis importante y nos queda relativamente poco tiempo. Estamos ante una bomba de tiempo”, resumió el economista de la Fundación Milenio José Luis Evia, quien, junto con Luis Carlos Jemio, es el autor del documento Informe de Milenio sobre la Economía de Bolivia, presentado ayer en Cochabamba.
Las proyecciones, explicó Evia, fueron elaboradas considerando la caída de las exportaciones (especialmente la de hidrocarburos, con las ventas de gas a Brasil y Argentina); suponiendo que no se modificará el actual tipo de cambio de 6,86 bolivianos por dólar; que se mantendrá una tasa promedio del crecimiento del gasto en 5 por ciento anual, que se seguirá acudiendo al uso de las RIN para financiar el déficit fiscal y acudiendo al financiamiento externo e interno (el Banco Central de Bolivia), y deduciendo que el crecimiento económico nacional estará por debajo del 4 por ciento y, consecuentemente, considerando que durante los próximos dos años no habrá segundo aguinaldo.
El reporte señala que desde 2015, la economía del país ha desarrollado desequilibrios significativos en los sectores externo y fiscal, lo que se ha traducido en elevados déficits a raíz de la reducción de los ingresos y de una caída continua de las RIN, al punto de que si estos recursos representaban en 2017 el 27 por ciento del PIB, en 2022 apenas alcanzarán al 2 por ciento.
Los 1.360 millones de dólares que quedarían de las RIN en 2022 serán una cifra “incluso menor que las reservas en oro”, explicó Evia.
Urgente: déficit fiscal
¿Qué hacer ante esta situación? Se puede tomar muchas medidas, explicó el economista, a tiempo de mencionar posibilidades como la modificación paulatina del tipo de cambio (con el riesgo peligroso de una respuesta no esperada de la población), seguir acudiendo a la deuda externa o interna (el BCB o bancos privados, lo que nos daría apenas un par más de años de vida). “Habría que ver cómo nos reciben la propuesta de volver a colocar bonos en el mercado internacional”, añadió.
Podría haber otras alternativas, “pero todas son dolorosas” y traen sus riesgos, explicó. “Lo que sí es urgente e inevitable es reducir el déficit fiscal”, concluyó.
“Hay que ajustarse el cinturón”, remató a tiempo de reconocer que se trata de una medida impopular, sobre todo considerando que es el gasto público el que actualmente está manteniendo al país. Sin embargo, es el precio que tendremos que pagar por no haber sabido ahorrar o invertir durante el ciclo de bonanza, explicó Evia.
NÚMEROS QUE DEVELAN DÉFICIT
Las exportaciones en Bolivia cayeron 8,1 por ciento en 2019. En hidrocarburos, la caída fue de 16,4 por ciento.
Las importaciones han crecido en 4,9 por ciento en 2019. El déficit comercial es más de 700 millones de dólares.
El financiamiento de inversión pública se dio principalmente mediante ahorro del Gobierno y financiamiento interno (77 por ciento en 2018).
Las RIN cayeron desde 15.478 millones de dólares en 2014 hasta 8.117 millones en agosto de 2019.
30 de agosto de 2019
Fuente: Los Tiempos