Economía, política, desarrollo sostenible

PÁGINA SIETE: Inviable sistema universal de salud

Desesperado por su caída en las encuestas y habiendo identificado que uno de sus mayores falencias es su pésimo manejo de la salud, es que el Gobierno ha resuelto, de manera improvisada, crear el Sistema Único de Salud (SUS).

Las autoridades aseguran que, a partir del 1 de enero de 2019, es decir en pocas semanas, se pondrá en marcha el plan para darle servicio de salud al 51% que actualmente no goza de ningún seguro estatal o municipal.

Es decir que unos 5,5 millones de personas deben sumarse al ya atosigado y deficiente sistema actual, en el que los pacientes duermen en los pasillos, no acceden a medicamentos suficientes y concurren a centros de salud colapsados. A esa situación tan grave y tan desoladora, el Gobierno quiere sumarle 5,5 millones de pacientes adicionales.

No cuenta, por supuesto, con un plan preciso para desarrollar tamaño objetivo ni menos los recursos. El Ministerio de Salud ha explicado que destinará 200 millones de dólares para ello, de manera progresiva, una cifra insuficiente.

Según estimaciones de la Fundación Milenio, Bolivia invierte unos 2.000 millones de dólares al año en salud y alcanza a cubrir a menos del 50% del total de la población. Si se quiere atender al 51% que no tiene seguro, se necesitaría una cifra equivalente. Es una cantidad sideral para el pequeño Estado boliviano, peor aún con un déficit fiscal creciente como el de los últimos años. En ese contexto, el Gobierno comprometió 200 millones de dólares para el SUS. O sea, el 10% de lo necesario.

Esto demuestra que el anuncio de este nuevo seguro universal no es más que una propuesta vacía, sin sustento, destinada a demostrar que el Gobierno está haciendo algo en el tema de la salud. Pero la medida no tendrá impacto positivo alguno y, a lo más, generará un colapso aún mayor en las instalaciones de salud.

Falta la reglamentación de esta iniciativa y allí es donde veremos cómo la idea se diluye y queda en nada. Obviamente, los hospitales y centros de salud no pueden abrir sus puertas, de un día para otro, a los 5,5 millones de bolivianos que no tienen seguro.

Comprensiblemente, el Colegio Médico se opone a una idea tan ambiciosa a la vez que inviable. El presidente de esa entidad de La Paz, Luis Larrea, calificó al SUS como “insostenible y mentiroso” y anunció un paro de 48 horas para forzar al Gobierno a negociar.

El SUS, de iniciarse, lo haría sin médicos suficientes, sin infraestructura y sin equipamiento. Los 200 millones de dólares anunciados y que “progresivamente” serán entregados, representan el 10% de lo que se necesita. Cosas como éstas suceden cuando la demagogia se sobrepone a la gestión pública.

17 de diciembre de 2018
Fuente: Página siete

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