El estudio indica que el tipo de cambio resta competitividad a la producción nacional, que tiene mayores dificultades para competir en mercados internacionales.
La caída de los precios internacionales puso en evidencia la vulnerabilidad del modelo económico, de acuerdo con el Informe sobre la Economía de Bolivia de la Fundación Milenio.
Según el documento, la volatilidad de los precios de exportación puso en evidencia problemas estructurales de oferta en sectores productivos clave como minería e hidrocarburos.
“La falta de inversiones importantes en ambos sectores reduce la capacidad de crecimiento de los mismos: en 2017 el Producto Interno Bruto (PIB) minero creció en apenas 1,6%, mientras que el de hidrocarburos cayó en 2,4%; durante el primer trimestre de 2018, el sector minero cayó en 2,3%, en tanto que el sector de hidrocarburos creció en 6%, esto último como un efecto rebote de las fuertes caídas del PIB hidrocarburífero en los tres años previos”, dice el estudio.
Milenio advierte que los shocks externos también bajaron el ritmo de crecimiento económico en 2017 y 2018, prosiguiendo la tendencia de desaceleración manifestada a partir de 2015.
“Si en 2014 el PIB creció en 5,4%, en 2017 este crecimiento se redujo a 4,2%. De hecho, en el primer trimestre de 2018, la tasa de crecimiento llegó a 4,4%. La recuperación de los precios internacionales, observada durante los dos últimos años, ha ocasionado un alivio parcial de los desequilibrios macroeconómicos, pero sin conseguir revertirlos”, explica el informe.
Milenio indica que incluso en este escenario de recuperación de los precios de exportación, la falta de medidas estructurales limita los posibles efectos benéficos que podrían traer los mejores precios de las materias primas.
“No se puede subestimar la gravitación de factores estructurales que limitan los efectos benéficos (de la mejora del contexto internacional). Así, la falta de inversiones en minería e hidrocarburos -un verdadero cuello de botella- conlleva el agotamiento de reservas mineras y de yacimientos hidrocarburíferos, determinando una severa restricción para la capacidad productiva de dichos sectores, cruciales por su contribución al crecimiento global de la economía”.
Otro de los factores analizados por la Fundación Milenio es el tipo de cambio fijo, que, a su parecer, genera un desbalance, restando competitividad a la producción nacional.
“De otro lado, la política de tipo de cambio fijo ha generado una significativa apreciación cambiaria, restándole competitividad al sector productor de bienes transables, que ahora tiene mucho más difícil competir con las importaciones -ni qué decir con el contrabando-, e incursionar en los mercados externos”.
Los investigadores a cargo del informe concluyen en que la economía boliviana exhibe una situación incierta, caracterizada por un elevado déficit fiscal y también de las cuentas externas, así como también por la desaceleración del crecimiento económico y la pérdida de competitividad cambiaria.
“La proyección macroeconómica para los próximos dos años muestra un panorama aún más delicado para la sostenibilidad fiscal y por la pérdida continuada de reservas internacionales y el aumento acelerado de la deuda externa”, agrega.
Doble aguinaldo beneficia a un pequeño porcentaje
Según el informe mensual de coyuntura de la Fundación Milenio, el doble aguinaldo sólo beneficiará al 14,7% de la Población Económica Activa (PEA) del país, es decir, aproximadamente a 798 mil trabajadores.
“La PEA ocupada en Bolivia se encuentra por encima de los 5,4 millones de personas, de los cuales sólo algo más de 1,5 millones mantiene una relación de dependencia; de ellos, 798 mil percibieron aguinaldo en 2017. Este sería pues el número total de trabajadores que tienen una mayor probabilidad de percibir el doble aguinaldo, durante este año. En porcentaje esa cifra representa un escaso 14,7% de la PEA”, explica el informe.
Sin embargo, señala Milenio, según la encuesta de empleo del Instituto Nacional de Estadística (INE), sólo el 65% de los trabajadores del sector privado empresarial (que comprende a las empresas medianas y grandes) perciben aguinaldo, mientras que en el sector público y las empresas estatales la tasa de cobertura es del orden del 82% y 85%, respectivamente.
En contrapartida, casi el 82% de los trabajadores del sector de la construcción no reciben aguinaldo. En las actividades artísticas y los servicios de entretenimiento la cifra de trabajadores sin este beneficio llega al 77%, y en actividades de alojamiento y servicio de comidas, al 74%.
“Queda claro, entonces, que no toda la población ocupada y con relación de dependencia percibe el aguinaldo, y menos aún el doble aguinaldo”, agrega el informe.
Déficit y reservas
Balanza En 2017 el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos fue de 6,4% y el déficit del Sector Público No Financiero de 7,8% del Producto Interno Bruto (PIB), lo cual ha implicado un aumento del endeudamiento externo público de $us 2.160 millones y, consiguientemente, del endeudamiento público total de $us 3.713 millones.
Reservas Por cierto, el elevado endeudamiento externo ha amortiguado e incluso evitado una caída más pronunciada de las reservas internacionales del Banco Central de Bolivia (BCB), que en 2017 se redujeron en $us 179 millones, muy por debajo de las caídas observadas en 2015 y 2016. Hasta el 8 de octubre de 2018 las reservas llegaron a los 8.764 millones de dólares, según reportes del ente emisor.
18 de octubre de 2018
Fuente: Página Siete
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