El primer semestre del año se ha repetido el patrón de desempeño económico ya característico del período de bonanza que el país experimenta. El mayor valor de las exportaciones, debido al incremento de los precios de las materias primas, genera mayores ingresos públicos y privados (rentas), que al gastarse expanden la demanda. Esto incentiva la producción interna, pero también da un impulso a las importaciones, que resultan además más baratas por la apreciación real de nuestra moneda. El incremento en la producción se concentra en los sectores destinados al mercado interno: servicios, construcción y manufacturas, que dependen de insumos externos, por lo que al expandirse también contribuyen al crecimiento de las importaciones. Estas pueden financiarse gracias al ingreso de divisas que permite la bonanza de los precios de las exportaciones. Por ello, con la mejora del precio de nuestras exportaciones hemos observado el crecimiento de la mayoría de las variables económicas; el gasto, la producción, el empleo, los impuestos, las importaciones, los depósitos, la cartera, la demanda de dinero, etc.
Este es un patrón de crecimiento que subordina el desempeño de la economía boliviana a la evolución de los precios de las materias primas en los mercados internacionales, que pueden variar fuertemente en un período corto de tiempo, por lo que es altamente vulnerable y riesgoso. El desafío principal que tiene el país es el de administrar los ingresos extraordinarios de la época de bonanza de manera de fortalecer nuestro aparato productivo, comercial y de servicios, de manera que si los precios de nuestras exportaciones cayesen, tengamos la fuerza suficiente para continuar creciendo y generando empleo. Si ello no ocurre habremos desperdiciado la mejor coyuntura que el país ha experimentado en su historia.
En el primer semestre del 2012 el contexto internacional continuó muy favorable para el país, a pesar de la desaceleración del crecimiento de las economías más importantes, y la prolongación de la crisis europea. Los precios de las exportaciones de gas alcanzaron niveles históricos. El precio de exportación al Brasil en el semestre fluctuó entre 8,60 y 9,51 dólares por millón de de BTU, muy por encima de los precios del primer semestre del pasado año; entre 6,35 y 7,37 dólares por millón de BTU. El precio de exportación a la Argentina se situó entre 10,62 y 11,08 dólares por millón de BTU, cuando en el primer semestre del pasado año había estado entre 7,6 y 8,77 dólares por millón de BTU. Los volúmenes exportados de gas también se incrementaron. En el primer semestre los volúmenes promedio de exportaciones de gas a Brasil alcanzaron los 27,3 millones de metros cúbicos día, por encima de los 26,51 millones de metros cúbicos día del primer semestre del 2011. Los volúmenes de exportación a la Argentina mostraron un crecimiento mayor, pasando de 6,95 millones de metros cúbicos día en el primer semestre del pasado año a 10,18 millones de metros cúbicos día el primer semestre del presente año.
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